Legisladores en Nueva York acordaron este sábado legalizar la venta de marihuana para uso recreativo en el estado, una medida que, según calcula el gobernador demócrata, Andrew Cuomo, podría generar unos 350 millones de dólares anuales.

"Mi objetivo al llevar a cabo esta legislación siempre ha sido poner fin a la aplicación racialmente dispar de la prohibición de la marihuana que ha afectado tanto a las comunidades de color en todo nuestro estado, y utilizar las ganancias económicas de la legalización para ayudar a sanar y reparar esas mismas comunidades”, dijo la senadora Liz Krueger, patrocinadora del proyecto de ley en el Senado y presidenta de su Comité de Finanzas.

La legislación permitirá la venta de marihuana recreativa a adultos mayores de 21 años y establecerá un proceso de licencia para la entrega de productos de cannabis a los clientes.

Entonces, los neoyorquinos podrán cultivar hasta tres plantas maduras y tres inmaduras para consumo personal, aunque los gobiernos locales podrán optar por no participar en las ventas minoristas.

La legislación entrará en vigor de inmediato si se aprueba en las próximas semanas, aunque las ventas no comenzarán de inmediato porque primero deben establecerse reglas y una junta de cannabis.

Crystal Peoples-Stokes, líder de la mayoría en la Asamblea, consideró que las ventas podrían tardar entre 18 meses y dos años en comenzar.

Nueva York fijaría un impuesto de 9% sobre las ventas de cannabis, más un gravamen adicional del 4% entre el condado y el gobierno local.

También establecería un impuesto adicional basado en el nivel de THC, el ingrediente activo de la marihuana, que va desde 0,5 centavos por miligramo de flor hasta 3 centavos por miligramo en comestibles.

El proyecto de ley también reserva ingresos monetarios para cubrir los costos desde la regulación de la marihuana, a la prevención del abuso de sustancias.

La policía estatal también podría obtener fondos para contratar y formar a más de los llamados “expertos en reconocimiento de drogas”.

Collins indicó en un informe de 2020 de la Unión Americana de Libertades Civiles que encontró que los afroamericanos tienen casi cuatro veces más probabilidades de ser arrestados por posesión de marihuana en comparación con los blancos, según las estadísticas del FBI.