El mundo de la moda se encuentra conmovido por la muerte de Tatjana Patitz, una de las modelos más reconocidas entre las décadas de los 80 y 90, murió a los 56 años, luego de que el agente de la famosa dio a conocer la noticia a Vogue, revista con la que todavía colaboraba. En tanto, se desconocen las causas de su muerte.

Cabe destacar, que la alemana también saltó a la fama por su papel en el video musical “Freedom” de George Michael en 1990, en donde participó junto a Cindy Crawford, Linda Evangelista y Christy Turlington.

Patitz nació en la ciudad alemana de  Hamburgo, hija de un padre alemán y madre estonia. Se trasladó con su familia a Skanör, en Suecia, y allí la criaron. Siempre tuvo una gran pasión por las artes escénicas y lo demostró desde muy joven con sus primeros acercamientos en el modelaje. A los 17 años, en 1983, participó por primera ocasión en un evento relacionado con la industria. Se presentó en un concurso de élite de Estocolmo, en donde consiguió el tercer lugar.

Aunque se destacó en el certamen, Vogue reseñó que luego le fue muy difícil encontrar trabajo y que pasó un año para que volvieran a contratarla. Tiempo después, su talento pudo despegar gracias a que algunas personas del universo del modelaje le dieron un voto de fe.

Tatjana Patitz: un ángel sobre la pasarela

Entre las figuras que marcaron la diferencia en la carrera de Tatjana estuvo Peter Lindbergh, un famoso fotógrafo alemán que se interesaba por la belleza natural de sus modelos. Él capturó la de Patitz en White Shirts: Six Supermodels, Malibu, en 1988. Además, la retrató para la portada de supermodelos de British Vogue en 1990.

Es que Tatjana tenía una característica especial: no parecía seguir la corriente. Se movía a su propio ritmo y con su propia fuerza. Eso fue lo que cautivó a Lindbergh y al mundo entero, ya que consideraban que sus habilidades eran de otro mundo: “Tatjana siempre fue el símbolo europeo de la elegancia, como Romy Schneider conoce a Monica Vitti. Era mucho menos visible que sus compañeras, más misteriosa, más adulta, más inalcanzable y eso tenía su propio atractivo”, la describió Anna Wintour, directora de contenido de Condé Nast y directora editorial global de Vogue.

Tatjana Patitz en una de sus tantas tapas de Elle (Archivo).

Patitz se mudó a California cuando su carrera comenzó a despegar. Con tal decisión, demostró que no estaba dispuesta a seguir los estándares. Prefirió radicarse en esa ciudad estadounidense para estar más en contacto con la naturaleza, en lugar de vivir en las capitales de la moda, como Nueva York o París. Tras llegar a la cúspide, se convirtió en un ícono.

No obstante, más allá de protagonizar las portadas de las revistas más importantes, marcó un antecedente en el mundo del modelaje. Su trabajo dejó una gran huella en la industria, tanto que hasta el día de su muerte es considerada como una leyenda, que aún hacía pasarelas a sus 50 años. Su último desfile fue en la Semana de la Moda de Milán en 2019 con la marca italiana Etro.