Había intentado quedar embarazada durante un año sin éxito. Luego de una visita al hospital por una herida en el pie, supo por qué: había nacido varón y era intersexual.

Su médico, al ver las radiografías de su tobillo, detectó que la mujer tenía las características óseas de un adolescente y quedó desconcertado. La joven de 25 le confesó que jamás había menstruado y que, años atrás, un especialista le había dicho que ya se iba a desarrollar.

Tras una serie de exámenes endocrinológicos, detectaron que tenía presión arterial alta y un muy bajo nivel de potasio en sangre, ambos síntomas de hiperplasia suprarrenal congénita, condición que puede disparar un trastorno del desarrollo sexual.

Aún así, después de realizarle una prueba genética, el doctor comprobó que la falta de menstruación no se debía al mal funcionamiento de las glándulas suprarrenales de la paciente. La causa estaba relacionada con sus cromosomas: la mujer era portadora de un cariotipo masculino 46 XY y tenía disgenesia gonadal parcial.

Este trastorno del desarrollo sexual se encuentra relacionado con anomalías en el desarrollo de los órganos reproductivos que provocan ambigüedad genital de grado variable según el paciente. En los estudios que le realizaron a la mujer, no detectaron genitales masculinos. "No encontramos testículos ocultos en su cuerpo. Tal vez sea porque ya es bastante mayor y se han degenerado y atrofiado", dijo su endocrinólogo, el doctor Dong Fengqin.

"A pesar de la falta de menstruación, 'Pingping' [nombre ficticio dado a la paciente] no tenía ninguna razón para sospechar que era otra cosa que una mujer biológica porque tenía genitales femeninos externos", comentó en un comunicado el Primer Hospital Afiliado del Colegio de Medicina de la Universidad de Zhejiang.

La paciente ya ha controlado las afecciones que causa la hiperplasia suprarrenal y ahora deberá la decidir sobre el género con el que quiera identificarse y asumir su identidad.