La nueva y lujosa vida del vagabundo que tuvo sexo en la calle con una mujer y acabó golpeado por el marido de ella
Givaldo Alves de Souza vivía en la indigencia, pero su vida cambió por completo desde aquel episodio viral ocurrido en Brasil. Ahora tiene redes sociales y está irreconocible. ¡Mirá sus mejores posteos!
Hace pocos meses, una historia muy peculiar recorrió los portales de todo el mundo: un hombre golpeó brutalmente a un indigente luego de encontrarlo teniendo sexo con su pareja. El mendigo hoy cambió radicalmente su vida y está irreconocible.
Fue en marzo pasado cuando se dio a conocer una noticia que permaneció durante varios días en boca de todos: en Brasil, un personal trainer apaleó salvajemente a un hombre en situación de calle tras encontrarlo en medio de un momento íntimo con su esposa.
Actualmente, la realidad de Givaldo Alves de Souza de 48 años dio un giro completo. Luego de tener un desgraciado “momento de fama” y ser invitado a varios programas de televisión, el hombre disfruta de un buen presente: desde su perfil de Instagram envía mensajes positivos para “combatir el odio que le envían todos los días” y comparte memes con sus seguidores.
Desde su cuenta de Instagram @mendigo.zueiro, publica contenido sobre “vivir libre de odio” y hasta se muestra en fotos junto a reconocidos influencers. En una de los videos que compartió, puede vérselo disfrutando de un día en una lujosa pileta, con vista al mar: “La suerte está empezando a cambiar. Vienen cosas buenas”, tituló el clip.
También se muestra tocando la guitarra y, lejos de avergonzarse, se ríe de las bromas que le hacen por el memorable episodio con la mujer y el personal trainer. Al mismo tiempo, aprovechó el espacio de visibilización para agradecer a los profesionales médicos que lo atendieron aquel fatídico día.
Desde sus redes, el hombre intenta quedar al margen de las personas que se posicionan de uno u otro lado, muchas veces con malicia: están quienes lo defienden de la situación y quienes se pusieron del lado del personal trainer y lo agreden por lo sucedido: “Me estoy haciendo famoso. Estoy pensando en dar cursos de mentoría”, comentó con gracia una de sus publicaciones.
En otros posteo, Givaldo compartió con sus seguidores una tarde en una sesión de tatuaje, y fumando tranquilo un habano. También se tomó una selfie sonriente desde un avión: “Para quien nunca tuvo nada, hoy realizo un sueño de viajar en avión. Gracias a todos los que lo hicieron posible”, escribió en la descripción de la foto.
El presente de la pareja
Más afianzados que nunca, Sandra Mara Fernandes y Eduardo Alves se muestran juntos en las redes sociales. Lejos de dejarse amedrentar por las opiniones ajenas y habiendo podido sortear el difícil momento, realizan varias publicaciones donde se dejan ver en medio de un espléndido momento como pareja.
“¡Creo que pocas personas han pasado por un calvario de la vida como pareja, como nosotros! ¡Pero nunca dudé de nuestro amor! ¡Y desde nuestra fuerza como pareja! Todos podéis intentar golpearnos con insultos, humillaciones, mentiras... que conocemos al Dios al que servimos y la fuerza de nuestro amor, ¡saldremos victoriosos de esta batalla! Te quiero”, escribió la mujer en una publicación en su cuenta de Instagram, como descripción de una imagen donde se muestran besándose en medio de globos rojos.
¿Qué sucedió aquella noche entre el mendigo y la mujer
En marzo pasado, Sandra Mara Fernandes salió a dar asistencia a un indigente en una parroquia en la capital brasileña de Brasilia, mientras su marido Eduardo Alves la aguardaba. Como se demoraba, el hombre salió a buscarla para ver qué estaba sucediendo.
Fue en ese momento que se encontró con una escena que jamás habría imaginado: la mujer estaba teniendo relaciones sexuales con el vagabundo en el interior del auto. La feroz golpiza que le propinó Alves a de Souza fue captada por las cámaras de seguridad del lugar y las imágenes recorrieron los medios mundiales.
Según los dichos del personal trainer, la mujer habría tenido un brote psicótico. Ella dió su versión de lo sucedido y contó que quería ayudar al indigente y que mientras le ofrecía su colaboración tuvo un llamado divino. En ese contexto, habría visto “imágenes de su esposo y de Dios” en el indigente.