La luz solar, ¿eficáz para combatir al coronavirus?
Según un estudio realizado por la Universidad de California en Santa Bárbara, el Sol podría jugar un rol clave a la hora de disminuir los contagios del virus Covid-19. Conocé todos los detalles.
Un equipo de investigadores de la Universidad de California en Santa Bárbara demostraron que la luz solar inactiva al coronavirus hasta ocho veces más rápido, que lo que habían señalado los estudios teóricos.
Los estudios sobre la inactivación del SARS-CoV-2 con radiación se centran en la luz ultravioleta que proviene del Sol. Este tipo de luz se encuentra en ondas UVA, UVB y UVC.
Las ondas UVA llegan sin problemas a la superficie de la Tierra, pero no tienen suficiente energía para causar daño. La mayor parte de ondas UVB se queda en la capa de ozono y un poco llega a la superficie. Estas son las que pueden matar microbios y afectar nuestras propias células. En tanto las ondas UVC son las más eficaces contra virus como el SARS-CoV-2, pero, como no atraviesan la capa de ozono, se usa de forma artificial en hospitales.
Por tanto, se espera que las únicas responsables de dañar al coronavirus mediante la luz solar sean las ondas UVB. Esta luz ultravioleta es absorbida fácilmente por ciertas partes del ARN del virus, por lo que resulta afectado su material genético.
En mayo de 2020, un estudio experimental probó los efectos de la luz ultravioleta sobre el SARS-CoV-2 en saliva simulada. Como resultado, el virus fue inactivado cuando se expuso a la luz solar simulada entre 10 y 20 minutos.
“La luz solar natural puede ser eficaz como desinfectante para materiales no porosos contaminados”, concluyeron los autores de aquel artículo.
Recientemente, el equipo de la UC Santa Bárbara dirigido por el ingeniero mecánico Paolo Luzzatto-Fegiz comparó estos resultados con el estudio teórico publicado en junio de 2020, el cual determinó el daño potencial de las ondas UVB en el coronavirus.
“La inactivación observada experimentalmente en la saliva simulada es más de ocho veces más rápida de lo que se hubiera esperado en la teoría”, escribieron Luzzatto-Feigiz y sus colegas en la revista The Journal of Infectious Diseases. “Por lo tanto, los científicos aún no saben lo que está pasando”, añadieron.
Los investigadores sospechan que es posible que en lugar de afectar el ARN viral directamente, las ondas UVA pueden estar interactuando con moléculas en el medio de prueba (saliva simulada) de una manera que acelera la inactivación del virus.
Si se comprueba que longitudes de onda distintas de la UVB —como las abundantes ondas UVA— pueden dañar al coronavirus, “la luz solar podría mitigar la transmisión al aire libre” en una mayor cantidad de regiones y horas diurnas de lo que se esperaba anteriormente, escribieron los autores del nuevo artículo.
“Además, se pueden utilizar fuentes de luz específicas de longitud de onda económicas y energéticamente eficientes para aumentar los sistemas de filtración de aire con un riesgo relativamente bajo para la salud humana, especialmente en entornos de alto riesgo como hospitales y transporte público”, indicaron.
Por último, resaltan la necesidad de realizar experimentos adicionales para probar por separado los efectos de cada longitud de onda sobre el SARS-CoV-2.