Andrés Canto, hoy de 20 años, empezó en el 2014 a partir de un agujero que había en su terreno. Dos años despué. conoció a Palomero, su futuro mejor de amigo y ayudante de construcción.  “Recuerdo una tarde en la que nos sentamos a hablar en su parcela. Me fijé en el agujero que había y él me explicó la idea que tenía.

"Le dije de ayudarle, así que entre dos personas empezamos a cavar rápido y llegamos al metro de profundidad en poco tiempo”, explicó Palomero. “Fue un poco loco, lo llamaban el agujero de Andrés. Cuando no sabían dónde estaba, siempre concluían que estaba en el agujero de Andrés”, agregó.

A su vez afirmó: "Ambos se hicieron cargo de la obra y para 2019 ya tenían hecha una habitación . Andrés señala las habilidades que le enseñó su abuelo como fundamentales para la realización de la cueva. “Ha sido agricultor y ha tenido cuevas durante toda su vida, así que he aprendido mucho”.

Realizar semejante estructura no es sencillo, hay que tomar muchos recaudos y ser muy precisos a la hora del armado. En la primera habitación, la profundidad es de tres metros, la segunda aumenta a 3,30 y la tercera 3,60. Además, para agilizar el trabajo, el propio Andrés hizo una polea casera.

“Está todo bien hecho y pensado. Por ejemplo, como no hay cobertura, contraté un sistema de datos ilimitados para el celular, lo dejo en la superficie y lo utilizo para darme wifi. Abajo puedo estar con el ordenador” , expresa el joven que si bien quiere la cueva sea solo un hobbie, está dispuesto a pagar una licencia junto a su familia.