Eran las 8:15 de la mañana de un día típico en Japón, en contexto de pandemia por supuesto, cuando un conductor de tren bala tomó una decisión un tanto imprudente. Según se supo, le dieron ganas de ir al baño así que se fue tres minutos, dejando a cargo del volante a una persona que no estaba capacitada para manejar ese tren.  En el momento en que se levantó del asiento,  el vehículo circulaba a 150 kilómetros por hora.

Dentro del convoy de la empresa Central Japan Railway iban 160 pasajeros, que no se enteraron del hecho hasta después de haberse bajado del vehículo. Luego de que la noticia se hiciera pública, el conductor pidió disculpas y se excusó en “haber sufrido un dolor abdominal” que lo obligó a ir al baño. Hasta aquí no parece haber mucho para reprocharle, pero según CNN, al momento de irse faltaban solo 20 kilómetros para llegar a destino.

En su declaración también agregó que no esperó a la próxima estación para no provocar un retraso en el servicio de trenes. En este caso,  el “retraso” no hubieran sido unos pocos minutos. Recordemos que en el “país del sol naciente” hay casi una obsesión con la puntualidad.

Desde la empresa aclararon que es la primera vez que ocurre un hecho de esta naturaleza y que están considerando abrir un expediente, ya que mientras el chofer se fue el tren recorrió 7 kilómetros.