El buzo aficionado Steve Hickman halló en Escocia un barco que se habia hundido hace 120 años y en su interior tenía un centenar de botellas de cervezas.  En un primer momento el explorador pensó las mismas estaban vacías pero una vez que notó que se mantenían selladas se dio cuenta de que pudo haber encontrado un tesoro invaluable.

Lo que era una rutina se convirtió en un gran hallazgo. El hombre explicó que en varias ocasiones había notado el naufragio pero que nunca se digno a ingresar a el. Esta vez si se decidió a explorarlo y en su interior encontró el importante cargamento.

Las botellas halladas estaban en perfecto estado y ahora están siendo analizadas por científicos (Imagen BBC).

El explorador ni bien estuvo dentro del barco notó que en el había algunas botellas. El sujeto creyó que las mismas estarían vacías y que sólo estaban allí porque el hundimiento de la embarcación fue repentino.

Sin embargo, para su sorpresa, una vez que las llevó a superficie vio que varias de ellas estaban completamente selledas y se mantenían "Intactas". Algunas de las botellas que encontró en medio del lodo marino eran de cerveza, whisky y gin.

Hickman encontró el centenar de botellas en el navio hundido, identificado como Wallachia, un carguero que se hundió en 1895 frente a la costa escocesa tras colisionar con otro barco en medio de una densa niebla.

Wallachia acababa de salir de Glasgow, Escocia, en el siglo XIX y estaba repleto de varios tipos de carga, incluidos grandes contenedores de una sustancia química llamada cloruro de estaño.

Posteriormente, Hickman dispuso que las botellas recuperadas fueran entregadas a científicos de una firma de investigación llamada Brewlab, junto a colegas de la Universidad de Sunderland en el Reino Unido, quienes lograron extraer levadura viva del líquido que había dentro de tres de ellas.

No obstante, se informó que cada una de ellas ya no estaban aptas para el consumo, pero sí tenían valor. De hecho, cuando abrieron las botellas, descubrieron que aún mantenían su consistencia y formaban espuma, pero "tenían un olor atroz". Ese olor a putrefacción. en principio fue debido a la diferencia de presión al sacarlas del fondo del mar.

Por su parte, esa cepa de levadura que extrajeron la usaron en un intento de recrear la cerveza original. Incluso están analizando si es posible mejorarlas.

Para finalizar, en el año 2018, un intento similar en Tasmania había usado levadura de botellas de 220 años halladas en un naufragio para recrear una bebida del siglo XVIII.