Generalmente, aquellas personas que se han transformado en asesinos seriales durante la historia tuvieron génesis para llegar a serlo, ya que algunos sufrieron infancias difíciles y otros crecieron con ciertos desequilibrios que los llevaron a ser criminales conocidos, pero existen otros casos de quienes ocuparon ese lugar de una manera diferente.

Uno de ellos fue Martin Rohac, nacido en lo que hoy es la República Checa a mediados del siglo XVI, y que pasó de ser un destacado y servil soldado de su región a un ladrón y asesino que junto a otros sujetos, le quitaron la vida a casi 60 individuos entre 1658 y 1571.

Sus primeros años vivió junto a su numerosa familia trabajando en el campo donde habitaban (en la región de Velka Bites) y ya siendo mayor de edad se enlistó en el ejército para combatir frente al Imperio Otomano, y fue relevado de su servicio en 1568 cuando se firmó el Tratado de Paz entre ambos bandos en la zona de Adrianópolis.

Sin embargo, lejos de volver a su hogar con su familia y seguir trabajando la tierra, se unió a un grupo de ex soldados y comandó una banda que secuestraba y mataba a comerciantes y personas indefensas a quienes le sustraían dinero, pertenencias y ropa de su propiedad.

Martin Rohac: primeros crímenes

En la vuelta de la guerra, las primeras muertes tuvieron lugar en la región de Transilvania (hoy Rumania), donde cuatro personas fueron asesinadas y se les robó ropa y objetos de oro, pero al poco tiempo, un comerciante de la ciudad austríaca de Viena tuvo el mismo final, además de piezas de oro, también le fueron robados varios artículos de ropa.

Meses más tarde en Augsburgo (Alemania), dos personas fueron masacradas y además de robar dinero, objetos y valores de oro, también fueron despojados de sus armas, que luego serían utilizadas para otros ilícitos similares.

Martin Rohac pasó de la milicia al crimen (Imagen ilustrativa).

Tras su s actos en Alemania (Imperio Prusiano por ese entonces), la banda de asesinos con Martin Rohac a la cabeza, ingresó a la actual República Checa y sembraron la muerte en ciudades como Ivanice, Postorna, Ujezde, Stupava, Uherske Hradiste, Uhersky Brod, Bratislava y Hustopece, donde las víctimas se contaron por docenas y el terror creció en esas regiones, más con la autoridades locales que no tenían la solución para frenar la ola de violencia.

Para finales de 1570 la banda criminal se desarticuló y algunos de sus integrantes decidieron seguir otro camino, pero Rohac quedó al mando de un pequeño grupo junto a dos hombres (Jan Cech y Mikulas Mica) que seguían cometiendo estos actos. A pesar de ser pocos en el grupo, los crímenes se tornaron cada vez más aterradores, y en las pequeñas localidades de Chrudim, Caslav y Melnik, robaron y asesinaron de forma cruel a tres mujeres embarazadas, y no conformes con ello, cercenaron los órganos de los fetos, los cocinaron y se los comieron.

El asesino fue detenido en 1570 (Imagen ilustrativa).

Un año más tarde y tras ser fuertemente perseguidos, uno de los criminales fue detenido por los funcionarios en Tisnov, y luego de ser torturado salvajemente, confesó no solo los episodios ocurridos sino la ubicación exacta de Martin Rohac, quien a los pocos días fue detenido en Velka Bites.

Martin Rohac fue torturado y asesinado por un verdugo (Imagen ilustrativa).

Rohac enfrentó a un jurado que lo condenó a una muerte cruel, ya que primero fue torturado y cercenado su cuerpo, para finalmente arrastrar sus extremidades en una rueda, que le causó la muerte final a manos del verdugo de Brno y sus asistentes en febrero de 1571.

POR G.A.