La pregunta que una persona "común" que suele hacerse con relación a un asesino, es si después de tantos años de haber cometido los crímenes aún los recuerda, cómo los siente o si se arrepiente de haberlos cometido, y todos estos interrogantes seguramente viajan de forma cotidiana en la cabeza de Herbert Mullin, un criminal que cometió 13 asesinatos en la década de 1970 en el estado de California, y que aún sigue en prisión.

Mullin nació en abril de 1947 en la ciudad estadounidense de Salinas, aunque junto a sus padres Martin (héroe de la Segunda Guerra Mundial) y Jean, se trasladó a una población cercana a San Francisco, donde pasó su infancia algo complicada, ya que sufrió diversos maltratos y aunque tenía varios amigos.

Mientras su padre se jactaba de contar sus anécdotas de la guerra, Herbert adquirió pasión por las armas y de niño aprendió a utilizar una pistola, algo que desembocará en sus asesinatos ocurridos entre 1972 y 1973.

Tras graduarse en la secundaria en el San Lorenzo Valley High School, Mullin tuvo su primer gran golpe emocional, ya que uno de sus mejores amigos (Dean Richardson) se mató en un accidente automovilístico en 1965 y eso lo habría marcado de por vida, de hecho, le construyó un santuario en su nombre.

Herbert Mullin tiene esquizofrenia paranoide (Archivo).

Ya en 1969, con 21 años, Mullin fue internado por su familia en hospital psiquiátrico, en el cual fue el principio de diversos ingresos y egresos de este tipo de establecimientos, ya que tenía actitudes como apagar cigarrillos con su piel, golpear al piso en busca de gente que no existía o el intento por ingresar a un seminario religioso.

Además, investigaciones llevadas a cabo por FBI, indicaron que Mullin tiene esquizofrenia paranoide, que vendría desde la época de la secundaria y sumado al consumo de cannabis, anfetaminas y LSD.

Herbert Mullin: inicio de las muertes

En 1972 comienzan los hechos criminales de Herbert Mullin, ya que al volver a la localidad estadounidense de Santa Cruz, este decía escuchar voces en su interior que un terrible terremoto se acercaba y que solo matando gente podría salvar al estado de California, a todo esto potenciado porque en esos días se cumpliría un nuevo aniversario del sismo que se cobró miles de vidas en San Francisco (1906).

Lo cierto, es que otra teoría que tenía el futuro criminal, es que la Guerra de Vietnam, que aún continuaba ese año, había causado la muerte de muchos de sus compatriotas y significaba la suspensión de los terremotos en el mundo, con lo cual si el conflicto bélico, había que comenzar a matar gente para evitar que los sismos ocurran nuevamente.

El sacerdote Henry Tomei murió a manos del criminal (Archivo).

Es por eso, que en octubre de 1972, Mullin mató a batazos a un vagabundo llamado Lawrence "Whitey" White (55), que estaba haciendo dedo en una autopista y fuera engañado por el asesino para que le mirara el motor de su auto.

A pocos días del hecho, la nueva víctima fue Mary Guilfoyle (24), una estudiante que iba hacia una entrevista y también se pudo a "hacer dedo", el criminal la levantó con su auto, luego apuñaló, diseccionó su cuerpo y esparció sus restos en un bosque zonal.

No se salvó ni el cura

El 2 de noviembre de 1972, Mullin acudió a la iglesia católica Saint Mary para confesar sus crímenes, pero vio en el sacerdote Henri Tomei (65) un próximo voluntario para dar su vida en pos de evitar más temblores. Así fue como lo golpeó, pateó y acuchilló y el cura murió desangrado en el confesionario, pero en su escape, el criminal fue visto por un feligrés.

Un libro escrito sobre el asesino serial.

Para enero de 1973, Mullin (quien intentó ingresar a la Marina, pero fue rechazado) dejó las drogas, pero comenzó a comprar varias armas (entre ellas un revólver Rohm RG-14 calibre .22) con la cual mató a Jim Gianera (25), un amigo de la secundaria que le vendía marihuana, y a su esposa (Joan Gianera de 21 años), además de acuchillar sus cuerpos una vez fallecidos.

El asesino confesó sus crímenes (Archivo).

En su recorrida para matar al matrimonio, Mullin hizo lo propio con Kathy Francis (29 años y amiga de Gianera) y sus dos hijos (Daemon Francis, 4 años, y David Hughes 9), a quienes les disparó sin piedad.

Los medios siguieron su cadena de muertes (Archivo).

La carrera criminal de Herbert Mullin parecía no tener final, y en febrero de 1973, realizó un cuádruple asesinato, ya que caminando por el Parque estatal Henry Cowell Redwoods, vio a 4 jóvenes acampando, al fingir ser guardaparques, les ordenó irse del lugar, y como estos se negaron, le asesino se fue, pero volvió al día siguiente y ejecutó a los 4 chicos (David Oliker 18, Robert Spector 18, Brian Card 19 y Mark Dreibelbis 15), abandonando sus cuerpos en ese mismo sitio.

Uno de los libros que se escribieron sobre Herbert Mullin.

El último asesinato de Herbert Mullin tuvo lugar el 13 de febrero de 1973, cuando el asesino iba a bordo de su automóvil, vio a Fred Pérez (72) cortando el césped de su casa, y sin mediar palabra, lo mató de un disparo. Sin embargo, como el crimen tuvo lugar en horas de la mañana, un vecino tomó la patente del asesino y denunció el episodio a la policía.

Herbert Mullin fue condenado a cadena perpetua (Archivo).

Minutos más tarde, en el cruce de la autopista 9 y Coral Street, el asesino fue atrapado por los agentes del orden sin oponer resistencia.

El asesino todavía sigue en prisión (Archivo).

Ya en su juicio, Mullin confesó todos sus asesinatos por "las voces que le decían que tenía que matar para evitar un trágico terremoto", con lo cual, el fiscal del distrito del condado de Santa Cruz, Christopher Cottle, presentó las pruebas que condenaron a Mullin por 10 asesinatos a cadena perpetua, se le negó desde ese momento once veces la libertad condicional desde 1980 y se encuentra encerrado en la prisión estatal de Mule Creek en el estado de California.

POR G.A.