Una modelo neozelandesa finalista para Miss Universo 2018 fue hallada muerta en su casa el último lunes según dio a conocer la cuenta oficial del evento.

El fallecimiento de Amber-Lee Friis, de 23 años, había sufrido de agresiones de todo tipo por su piel bronceada y sus ojos rasgados y esa situación de bullying sistemático, algo que sufría desde el secundario, cuando pesaba 96 kilos.

Amber decidió mudarse con su novio a los 15 y estudió mecánica mientras trabajaba en una pizzería. Tras superar distintos obstáculos en su vida y se convirtió en reina de belleza, se destacó entre las participantes por no ocultar sus tatuajes y se convirtió en una celebridad.

La joven fue acosada durante todo el concurso.

Si bien la causa exacta de la muerte de la reina no se ha informado públicamente, Daily Mail informó que ella se suicidó.

"Amber cambió completamente su trayectoria como concursante. Tras un inicio un poco estrafalario, acabó siendo una de las más positivas y comprensivas de cuantas concursantes hemos tenido", afirman fuentes del evento.

La modelo sufría de bullying desde chica.

La agencia The Talent Tree, que la representaba, también le dedicó un emotivo homenaje. "Es con inmensa tristeza que reconocemos el repentino fallecimiento de la bella y talentosa Amber-Lee Friis. Ella fue una de nuestras modelos originales en The Talent Tree y finalista en Miss Universe NZ 2018. Nuestras sinceras condolencias para su familia y amigos", posteó.

Sus ojos eran motivo de burla.

Amber era mitad mitad samoana del lado de la familia de su padre y su abuela es jefa en Savai’i.