Se cumplieron dos meses del comienzo de la guerra en Ucrania y lejos de solucionarse el conflicto, los informes oficiales reportan más bombardeos rusos en la región oriental del Donbass. 

Mientras tanto, los funcionarios ucranianos volvieron a proponerle al Kremlin un nuevo intento de diálogo. Paralelamente, otro plan de evacuación de civiles ucranianos en Mariupol terminó en fracaso.

Los secretarios de Estado y de Defensa de Estados Unidos, Antony Blinken y Lloyd Austin, llegaron a Kiev para conversar con autoridades ucranianas por primera vez desde que comenzara la invasión hace dos meses, informó la Presidencia de Ucrania.

Las visitas habían sido anunciadas por el presidente Volodímir Zelenski en una conferencia de prensa en una estación de subte de la capital, desde Estados Unidos no se habían hecho comentarios al respecto.

"Hoy no se puede venir con las manos vacías, y estamos esperando no solo presentes, alguna torta, estamos esperando cosas específicas y armas específicas", manifestó Zelenski.

En ocasión de la Pascua ortodoxa que se celebra estos días, el presidente ucraniano declaró: "la gran fiesta de hoy nos da gran esperanza y una fe inquebrantable en que la luz vencerá a la oscuridad, el bien al mal, la vida a la muerte, y que Ucrania triunfará".

También hoy, autoridades de la sureña ciudad portuaria de Odesa dijeron que un bebé de tres meses estuvo entre los ocho muertos que dejó ayer un ataque con misiles rusos.

El intento ucraniano de dialogar con el Kremlin y el fallido plan de evacuación

Kiev sugirió a Moscú dialogar junto a la acería Azovstal, en Mariúpol, una ciudad controlada casi totalmente por las fuerzas rusas. "Hemos invitado a los rusos a llevar a cabo una sesión especial de diálogos justo al lado de la planta de Azovstal", declaró el asesor presidencial, Oleksiy Arestovich.

Días atrás, el coordinador de la ONU para la ayuda humanitaria en Ucrania, Amin Awad, había pedido una tregua en Mariupol para permitir la evacuación de civiles que seguían atrapados en esta ciudad portuaria.

"Necesitamos una pausa en los combates ahora mismo para salvar vidas, cuanto más esperemos, más vidas estarán amenazadas; se les debe permitir evacuar ya, hoy mismo, mañana será demasiado tarde", expresó el funcionario. Unos 100.000 civiles permanecen aún en la ciudad, controlada casi totalmente por las tropas rusas.

Por otra parte, la viceprimera ministra ucraniana, Irina Vereschuk, expresó que el método más eficaz para evacuar a los civiles podría ser una intervención de la ONU, luego de anunciar que los corredores humanitarios que Ucrania intentaba organizar desde Mariúpol habían vuelto a fracasar.

El Estado Mayor Conjunto de Ucrania informó que las fuerzas rusas que operan en el Donbass dispararon contra posiciones ucranianas a lo largo de toda la línea del frente de Lugansk y Donetsk.

En un comunicado, agregó que el Ejército ruso redobló su avance hacia las localidades de Siverodonetsk y Popasna, en Lugansk, y de Kurakhiv, en Dontesk. El gobernador de Lugansk, Serhiy Gaidai, dijo que al menos ocho personas murieron en bombardeos rusos en las últimas 24 horas.

En Moscú, el vocero del Ministerio de Defensa ruso, general Igor Konashenkov, afirmó que el Ejército destruyó en las últimas horas, con misiles guiados de precisión, una fábrica de pólvora y explosivos en la región de Dnipro.

Konashenkov detalló que las fuerzas rusas también atacaron varios depósitos con municiones de artillería y cohetes en cinco localidades de la provincia de Jarkov, que limita por el oeste con Donetsk y con Lugansk.

Agregó que la artillería rusa alcanzó 423 objetivos ucranianos durante la noche, incluidas posiciones fortificadas y concentraciones de tropas, mientras que aviones de combate rusos destruyeron 26 objetivos militares.

Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania, el 24 de febrero último, fallecieron más de 20.000 personas en la ciudad portuaria, detalló un nuevo balance de víctimas ofrecido por el alcalde, Vadim Boichenko.