E l golpe de Estado en Myanmar representa la primera gran molestia en política internacional para el presidente yanqui, Joe Biden, quien instó a las fuerzas militares a abandonar el poder "inmediatamente". En la que fue una de sus primeras intervenciones públicas ante una crisis global, el mandatario amenazó con reimponer sanciones económicas contra el país asiático, a la vez que condenó los hechos recientes por considerarlos un "asalto directo sobre la transición democrática y el estado de derecho".

"La comunidad internacional debe unirse en una sola voz para presionar a los militares birmanos para que abandonen inmediatamente el poder que han tomado", afirmó el demócrata en un comunicado. "El retroceso de ese progreso requerirá una revisión inmediata de nuestras leyes y autoridades sancionadoras, seguida de la acción apropiada", amenazó.

Además de Estados Unidos, el golpe de Estado también fue condenado por decenas de países y organismos internacionales, como la Unión Europea (UE), Naciones Unidas, el Reino Unido, China, Australia, India, Singapur y Canadá, entre otros. El Consejo de Seguridad de la ONU, en tanto, celebrará el martes una reunión de emergencia para abordar la situación en el país asiático.

Levantamiento

El ejército de Myanmar proclamó ayer el estado de emergencia por un período de un año y nombró a un general como presidente interino, después de detener a la jefa del gobierno civil Aung San Suu Kyi, quien llamó al pueblo a "no aceptar el golpe de Estado", y a otros altos cargos.

La intervención militar es necesaria para preservar la "estabilidad", según advirtieron los responsables. Además, acusaron a la comisión electoral por no resolver las "enormes irregularidades" que se produjeron, según ellos, durante las elecciones legislativas de noviembre, que ganó el partido de Aung San Suu Kyi, luchadora por la democracia en el país por lo que recibió el premio Nobel.

"Pondremos en funcionamiento una auténtica democracia pluripartidista", afirmaron los militares, que agregaron que traspasarán el poder tras "la celebración de unas elecciones generales libres y justas".

El golpe es un paso atrás para Myanmar que, tras casi medio siglo de dictadura, había logrado sostener la frágil estructura democrática alcanzada durante los últimos diez años. La acción militar ocurrió el mismo día de inauguración de sesiones legislativas aunque los rumores de que el ejército planeaba dar un golpe habían surgido varios días atrás.