El papa Francisco mostró este miércoles su costado "futbolero" y jugó un rato al metegol durante la Audiencia General que encabezó en el Vaticano.

Con buen semblante a más de un mes de la operación de colon a la que se sometió el 4 de julio, el Papa se paró con el equipo rojo para un pequeño intercambio en un metegol preparado a un costado del Aula Pablo VI, donde tuvo la tradicional reunión con sus fieles.

La semana pasada, Jorge Bergoglio, reconocido hincha de San Lorenzo, ya había sorprendido al atender una llamada de uno de sus colaboradores durante la Audiencia.

Francisco jugó con el equipo rojo.

Durante su discurso, Francisco hizo un importante llamado a favor de las campañas de inmunización contra el coronavirus y aseguró que "vacunarse es un acto de amor", al tiempo que dijo que las vacunas "traen esperanza para acabar con la pandemia, pero sólo si están disponibles para todos y si colaboramos unos con otros".

"Gracias a Dios y al trabajo de muchos, hoy tenemos vacunas para protegernos del Covid-19. Ellas traen esperanza para acabar con la pandemia, pero sólo si están disponibles para todos y si colaboramos unos con otros", planteó el Papa en un videomensaje con el que se sumó a la campaña "De Ti Depende", que busca dar fuerza a la inmunización.


" Vacunarse, con vacunas autorizadas por las autoridades competentes, es un acto de amor. Y ayudar a que la mayoría de la gente lo haga, es un acto de amor", agregó luego el pontífice en el video divulgado esta madrugada por el Vaticano.

Para Jorge Bergoglio, de 84 años, vacunarse es "amor a uno mismo, amor a los familiares y amigos, amor a todos los pueblos".

"El amor es también social y político, hay amor social y amor político, es universal, siempre desbordante de pequeños gestos de caridad personal capaces de transformar y mejorar las sociedades", sostuvo al incorporarse a la campaña junto a seis cardenales y arzobispos de toda América.

"Vacunarse es un modo sencillo, pero profundo de promover el bien común y de cuidarnos unos a otros, especialmente a los más vulnerables", agregó luego el Papa, que en febrero completó su ciclo de inmunización en el Vaticano.

"Le pido a Dios para que cada uno pueda aportar su pequeño grano de arena, su pequeño gesto de amor, por más pequeño que sea el amor siempre es grande. Aportar esos pequeños gestos para un futuro mejor", finalizó.