El papa Francisco, en pleno recorrido por su extensa gira por Asia y Oceanía, hizo un pedido especial este lunes mientras se encontraba en Papúa Nueva Guinea: “Este no es un trabajo fácil”, expresó al dirigirse a una multitud de jóvenes reunidos en el estadio Sir John Guise de Port Moresby, la capital del país.

Durante el evento, que congregó a cerca de 10.000 jóvenes católicos, el pontífice de 87 años se mostró enérgico y alegre, desestimando así las preocupaciones por su salud en medio de este extenso viaje. A lo largo de la peregrinación de 12 días por la región, Francisco hizo paradas en varios países, y en algunas ocasiones tuvo que utilizar una silla de ruedas debido a su edad.

El papa, que viajó a Papúa Nueva Guinea tras haber visitado otras naciones de la región, como Indonesia, no dejó de motivar a los jóvenes. A lo largo de su intervención, los animó a ser solidarios con los demás, pidiendo que ayudaran a quienes más lo necesitan. "Os agradezco por vuestra presencia, estoy contento de vuestro entusiasmo y de todo lo que hacéis. Os agradezco vuestra alegría, vuestra presencia y vuestras ilusiones", dijo el pontífice.

En su discurso, Francisco también les recordó la importancia de reconocer y aprender de los errores. “¿Un joven se puede equivocar?, ¿Un adulto se puede equivocar? ¿Y un viejo como yo se puede equivocar? Sí, todos podemos equivocarnos”, les explicó, para luego añadir: “No somos supermán”, enfatizando que lo importante es levantarse tras haber caído.

El Papa durante la Misa en su visita a Papúa Nueva Guinea (Vatican News)
El Papa durante la Misa en su visita a Papúa Nueva Guinea (Vatican News)

A pesar de la intensidad de su agenda, el papa no perdió la oportunidad de interactuar con los jóvenes del país, quienes lo recibieron con cantos, bailes y danzas tradicionales. Durante su intervención, Francisco utilizó un carrito de golf para recorrer el estadio y saludar a los fieles que habían viajado desde distintos puntos de Papúa Nueva Guinea.

En este contexto, el papa también abordó el tema de la indiferencia, la cual calificó como “casi peor que el odio”, y alentó a los jóvenes: “Cuando encuentren a alguien caído por la calle, ayúdenlo”, instó, mientras pedía que hicieran el gesto simbólico de levantar a alguien del suelo.

Antes de su partida a la siguiente etapa de su gira en Timor Oriental, Francisco agradeció a los presentes por el cálido recibimiento y pidió, una vez más, que recen por él, reconociendo los desafíos que enfrenta en su labor pastoral.

Esta escala en Papúa Nueva Guinea marca la segunda etapa de su recorrido por Asia y Oceanía que culminará el 13 de septiembre tras su visita a Singapur, suponiendo el viaje más largo de su papado.