Nazar Kuzmin tiene 32 años y nació en Odesa, en el sur de Ucrania. Pero hace casi 20 que vive en Argentina, desde cuando con sus padres y Taras, su hermano, partió de su país natal en busca de otros horizontes. Vive en la ciudad santacruceña de El Calafate, desde donde su hermano se fue hace diez días al comenzar el camino para alistarse en la guerra contra Rusia.

"No es fácil, pero yo sé que en dos semanas estoy al lado de él", sostuvo en las últimas horas Nazar, confiado en que la venta de rifas que concreta por las calles de la ciudad del sur del país arrojará sus frutos y podrá pagarse los viajes que demanda el periplo para llegar al país administrado por Volodimir Zelenski.

Su hermano, de 41 años, ya se encuentra en Buenos Aires, donde luego se embarcará hacia Frácnfort, Alemania; y desde esa ciudad lo hará hacia la frontera de Polonia con Ucrania, según contó Nazar.

Taras realizó el servicio militar antes de migrar a la Argentina y cuenta con el grado de sargento de reserva. Tiene un contacto que lo esperará en la frontera de su país natal para aprovisionarlo para la guerra y espera sumarse a algún batallón. 

Nazar cree que, en su caso, será más complejo el asunto, dado que no hizo el servicio militar, pero está dispuesto a afrontar el desafío.

Las impactantes imágenes y noticias que llegan desde la nación administrada por Zelenski le generan al hombre de 32 años la urgencia por volver a su tierra. "Amigos y lugares que conocés ya no existen; es muy feo, destruyen a tu gente", lamentó en diálogo con el canal televisivo El Trece.

"En El Calafate estoy con mi novia. Y tenemos una casa que construimos con mi hermano", puntualizó Nazar.

El hombre de 32 años, quien trabaja en una remisería, se refirió al momento que atraviesa ella por su inminente partida. "Como todas las parejas, teníamos planes para toda la vida. Yo entiendo que duele que te cuenten: 'Me voy a la guerra'. Pero ella, de a poquito, me va entendiendo", relató.

Nazar recorre las calles de la ciudad santacruceña, donde la mayoría de la gente que se cruza lo felicita y colabora con la compra de una rifa.

"Cada persona que entiende qué es lo que está pasando en mi país... Es algo conmovedor", expresó consternado el hombre de 32 años y, por último, dijo: "Estoy muy agradecido".