La antropóloga francesa Natassja Martin (35) dio una entrevista en donde contó el evento que le cambió la vida. La joven fue atacada por un oso hace 6 años cuando se encontraba en una región de Kamchatka,  Siberia. A pesar de las graves secuelas que le produjo esa incidente, tanto físico y mental, ella decidió dar a conocer su experiencia a todo el mundo. 

La historia de superación de Nastassja Martin parece sacada de la ficción. Hace varios años, cuando tenía 29 años había decidido aventurarse en una zona más extrema que las comunidades indígenas de Alaska a las que frecuentaba: una región de Kamchatka, en los confines de  Siberia.

Sin embargo, jamás pensó que durante ese viaje estaría al borde la muerte. En su travesía la joven antropóloga especializada en las poblaciones nativas del Gran Norte, fue atacada salvajemente por un oso. “Es difícil de describir”, destacó respecto al ataque del animal. “Es horrible. Eres una presa para un depredador. Produce un efecto muy raro”, indicó.

La antropóloga francesa Nastassja Martin escribió un libro en donde relató la situación en donde fue atacada por un oso, una experiencia que le cambió la vida.

La mujer relató que durante la feroz agresión del oso se mantuvo consciente en todo momento e incluso tuvo una oportunidad para defenderse y eso evitó que el animaL la hubiese matado en ese momento.

“Yo nunca perdí la conciencia, ni mientras tenía la cabeza entre los dientes del animal y me mordía la cara: veía el interior de su boca, lo sentía todo, su aliento cargado; pensaba que moriría, pero no pasó”, contó Martin.

La antropóloga quedó muy grave luego de la agresión del oso: perdió una parte de su mandíbula, tres dientes, se rompió el hueso cigomático derecho y sufrió grandes heridas en el rostro, la cabeza y una pierna

Durante su larga y dolorosa recuperación, Nastassja Martin decidió escribir un libro a partir de su experiencia sobre la relación de los seres humanos y los animales y sobre la práctica de la antropología, el cual fue llamado "Creer en las fieras".

Por su parte, la mujer explicó que luego del ataque quedó con el rostro desgarrado en medio de un volcán de Siberia y a la espera de que un helicóptero ruso fuera a rescatarla. “Por suerte llevaba el teléfono y pude pedir ayuda”, reconoció la antropóloga en una entrevista con El País.

Además, Martín explicó pudo afortunadamente logró soportar el dolor de las mordidas que el oso le aplicó en su rostro. “Era un dolor curiosamente soportable, hay algo en el cerebro que apaga parte del dolor cuando es demasiado intenso”, especificó.

Por último, la antropóloga francesa ya no le han quedado grandes cicatrices en su cara. “Solo en la mandíbula, ha pasado mucho tiempo, se ven cicatrices un poco, pero no, no he quedado desfigurada. Fue muy aparatoso al principio, luego el cuerpo se recupera”, sentenció.