Los ciclos alternativos de lluvias y sequías ocurridos en la región central de Africa hace 600 mil años fueron determinantes para la evolución de la humanidad y las migraciones de los seres de aquellas épocas. Su influencia fue mucho mayor que la de las glaciaciones, consideradas hasta ahora como el motivo que originaba los desplazamientos.

La investigación, publicada recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, puso el acento en el tiempo y las zonas del continente africano en los que hubo condiciones húmedas y secas. Para ello, incorporaron 11 archivos de datos climáticos de toda África que abarcaban los últimos 620.000 años.

El resultado fue una oscilación entre periodos de sequías y lluvias muy similar a la que provoca una corriente marítima.

"Nos sorprendió encontrar un ´vaivén´ climático de este a oeste, muy similar al patrón producido por los fenómenos meteorológicos de El Niño, que hoy influyen profundamente en la distribución de las precipitaciones en África", afirmó Stefanie Kaboth-Bahr, investigadora de la Universidad de Postdam.

El Niño es un fenómeno climático relacionado con el calentamiento del Pacífico oriental ecuatorial. En sus manifestaciones más intensas, provoca fuertes lluvias que causan etragos en la zona de América del Sur tropical y ecuatorial, cercana al océano.

Los datos que encontraron muestran que los periodos de lluvias y de sequías cambiaron entre el oeste y el este del continente africano en escalas de tiempo de aproximadamente 100.000 años. Cada una de estas variaciones estuvo acompañada de cambios significativos en la flora y la fauna.

"Esta alternancia entre períodos secos y húmedos parece haber gobernado la dispersión y evolución de la vegetación y de los mamíferos en África oriental y occidental", señala el estudio. "Es probable que el mosaico ambiental resultante haya sido un componente crítico de la evolución humana y también de la demografía temprana", agrega.