Con la llegada de las fiestas, aparecen las tradiciones y en el Vaticano, una de las más populares es la Misa de Gallo, que se celebra en la previa de Nochebuena. Por supuesto que quien la dirige no es otro que el Papa Francisco, quien recordó su niñez, llamo a dar “dignidad al hombre con el trabajo” y pidió especial atención para los pobres.

"Ellos son los que más se parecen a Jesús, que nació pobre. Es en ellos que Él quiere ser honrado. Que en esta noche de amor nos invada un único temor: herir el amor de Dios, herirlo despreciando a los pobres con nuestra indiferencia", señaló el sumo pontífice.

La ceremonia le rinde tributo al nacimiento de Jesús de Nazaret, quien llegó al mundo un 25 de diciembre hace más de 2.000 años. "Jesús nace allí, cerca de ellos, cerca de los olvidados de las periferias. Viene donde la dignidad del hombre es puesta a prueba. Viene a ennoblecer a los excluidos y se revela sobre todo a ellos; no a personajes cultos e importantes, sino a gente pobre que trabajaba", sumó Bergoglio.

La Misa de Gallo se celebra todos los años en la previa del festejo por el nacimiento de Jesús.

La cita tuvo inicio a las 19:30 horas de Roma, 15:30 de Argentina, y resultó ser la novena ocasión consecutiva en que se celebra. En esta oportunidad, contó con la presencia de unas 1.500 personas y no se exigieron requisitos relacionados con la vacunación contra el Coronavirus.

"Esta noche, Dios viene a colmar de dignidad la dureza del trabajo. Nos recuerda qué importante es dar dignidad al hombre con el trabajo, pero también dar dignidad al trabajo del hombre, porque el hombre es señor y no esclavo del trabajo", manifestó el Papa durante su discurso.

También tuvo palabras para referirse al aumento de fallecidos durante la jornada laboral en Italia, a lo que aseguró que "en el día de la Vida repitamos: ¡No más muertes en el trabajo!".

"Esta noche, Dios viene a colmar de dignidad la dureza del trabajo (...) porque el hombre es señor y no esclavo del trabajo", manifestó Jorge Bergoglio

En cuanto al mensaje a transmitir esta Navidad, Bergoglio fue muy claro. "Rezo a Dios para que esta Navidad transmita más generosidad y solidaridad a la Tierra. Espero que la Navidad caliente el corazón de los que sufren, y abra y fortalezca el nuestro para que arda en el deseo de ayudar más a los más necesitados".

Por último, le dedicó un momento a su infancia y en cómo el pequeño Francisco I pasaba esta fecha. "Una vez llegamos y la abuela seguía haciendo cappelletti, los hacía a mano. ¡Ella había hecho 400 de ellos! Nos quedamos asombrados. Toda nuestra familia estaba allí: tíos y primos también vinieron", rememoró.