El Papa Francisco pronunció el pasado sábado un discurso en el Vaticano y les dejó una mala noticia a todos aquellos que están disgustados con su mensaje político: no va a tirar la toalla con la justicia social.“Persisto en mi fastidio”, expresó y añadió que hay personas dentro de la propia Iglesia que no ven con los mejores ojos sus mensajes del estilo.

El sumo pontífice se hizo presente de manera virtual en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares, una iniciativa que el mismo comenzó y que está conformada por decenas de organizaciones internacionales de justicia social, que trabajan, entre otras cosas, por temas ambientales, reforma migratoria, reforma penitenciaria, protecciones a trabajadores y cuestiones de justicia racial.

El Papa Francisco imploró porque se detenga la destrucción del medio ambiente.

Tuvo palabras críticas para el capitalismo, sobre el cual afirmó que está llevando al mundo “hacia el abismo”. “Este sistema con su lógica implacable la ganancia se escapa de todo control humano. Es hora de frenar el tren, un tren fuera de control que nos lleva hacia el abismo”, expresó Francisco. Sin embargo, no baja los brazos ya que afirmó que “Todavía hay tiempo”.

“En el nombre de Dios”, el Papa realizó 9 llamados, entre los que se destacan, entre otras temáticas, los siguientes puntos:

  • Que los bancos cancelen las deudas de los países más pobres.
  • Que los fabricantes de armas cesen con el tráfico de las mismas.
  • Que las industrias detengan la destrucción del medio ambiente.
  • Que las grandes farmacéuticasliberen las patentes de sus vacunas para que todos los países puedan fabricarlas.
  • Que los medios dejen de difundir desinformación y esquiven el escándalo.
  • Que los gigantes del rubro tecnológico dejen de explotar a las personas con el fin de obtener ganancias.

Entre sus demás propuestas, sugirió una reducción de la jornada laboral, para que más personas puedan acceder al mercado de trabajo y un salario mínimo universal. Tuvo palabras también para la muerte de George Floyd, que ocurrió en Minnesota (Estados Unidos) en el 2020 y lo puso como un ejemplo de la respuesta colectiva al abuso de poder.

Por su parte, también se hizo presente en la edición número 57 del 57° Coloquio de IDEA, donde señaló que “algunos me han hecho decir cosas que yo no sostengo. Que propongo una vida sin esfuerzo o que desprecio la cultura del trabajo. Imagínense si se puede decir eso de un descendiente de piamonteses que no vinieron a nuestro país con ganas de ser mantenidos sino con un enorme deseo de arremangarse para construir un futuro para su familia".