Mylaen y Jim Merthe se divorciaron hace dos décadas, y hasta el día de hoy se mantienen en buenos términos. Cuando Jim comenzó a traer a Debby Neal-Strickland, su nueva novia, a las reuniones familiares, ella y Mylaen entablaron una relación respetuosa. Pero Mylaen nunca se habría imaginado que, diez años después, fue Debby quien le salvó la vida.

Mylaen, de 59 años, padecía hace tiempo de una enfermedad de riñón, pero a finales del año pasado su codición se volvió fatal. Según reportó AP, estaba tan enferma que los órganos funcionaban al 8% de su capacidad. Un transplante de urgencia era necesario, pero la familia no lograba conseguir un donante.

La situación era grave. Fue entonces cuando Debby decidió presentarse como voluntaria. Conociendo la urgencia del procedimiento, la mujer no dudó: "No podía no tratar de cambiar esto. Dios me dijo, 'Sos compatible, y tenés que hacer esto por ella'", contó Debby a la agencia de noticias.

Decidida la participación de la donante, solo había un pequeño problema: la boda. Debby y Jim planeaban casarse dos días antes de la fecha que el hospital dió para la operación de Mylaen, y a sus ojos ninguna de las dos ocasiones podía moverse.

Debby y Jim Strickland, junto a Mylaen Merthe. (Imagen cortesía de AP)

La pareja, que comenzó a salir hace casi 10 años, ya había pospuesto la boda dos veces, y tenían toda la intención de atar el nudo a la tercera. Y así lo hicieron, pronunciando sus votos en la ciudad de Fort Lauderdale, Florida el 22 de noviembre del 2020.

"Fue el momento más increíble de mi vida, hasta dos días después. Eso también fue el momento más increíble de mi vida", contó la novia.

La operación, y lo que siguió

Las dos mujeres luciendo sus placas de donante y donada. (Imagen cortesía de AP)

Ni bien recuperó la conciencia, Debby pidió ver a Mylaen. "Teníamos nuestros tapabocas puestos, también, y estábamos llorando, y claro, nuestros estomagos dolían por las inciciones. Solo nos reímos y lloramos", relató Mylaen, que recuperó la salud tras el transplante.

Gracias al riñón de la nueva esposa de su ex marido, Mylaen pudo sostener en brazos a su primer nieto, como siempre lo había soñado. "Logré sostenerlo y alimentarlo. Pensé, 'estoy verdaderamente aquí para ver esto, y estoy sosteniendo a este pequeño bebé'", contó a AP.

Las dos mujeres hoy mantienen una relación cercana, y la familia se encuentra más unida que nunca. "De esto es lo que se trata el mundo. Familia. Tenemos que permanecer juntos", comentó la mujer. "Ella me salvó la vida".