La Audiencia Nacional de España dictó cuatro años y seis meses de prisión para un jáquer ruso que infectó a entidades bancarias de todo el mundo y les estafó 5 millones de euros desde su domicilio en Alicante (Valencia).

El tribunal español halló al procesado de nacionalidad rusa culpable de los delitos de estafa informática, integración de grupo criminal, falsedad de documento público y delito de blanqueo de capitales, según la sentencia​​​.

Además del ingreso en la cárcel, la Audiencia ordenó al acusado el pago de una multa de más de 6 millones de euros; y también condenó a su pareja, con pasaporte de Ucrania, a una pena de 6 meses de cárcel y 300.000 euros por blanqueo de capitales.

En ambos casos, las condenas incluyen la circunstancia atenuante de admisión de los hechos que se les imputaban, lo que evitó la celebración del juicio.

De acuerdo con el fallo, el origen del proceso judicial comenzó con el conocimiento por parte de las autoridades de Bélgica sobre la existencia de una organización criminal que se dedicaba a obtener dinero de entidades bancarias.

Sus integrantes entraban en el sistema informático de los bancos mediante un programa malicioso que introducían a través de los correos electrónicos de los empleados, y que permitía controlar remotamente cuentas bancarias y cajeros.

Según la sentencia, "el programa malicioso que permitía el control remoto del sistema informático de las entidades financieras había sido creado" por este ciudadano ruso y los otros miembros de la organización.

Mediante este sistema, conocido como Cobalt, el grupo consiguió en 2016 atacar varios bancos de Taiwán, Azerbaiyán, Bielorrusia, Rumanía, Kazajistán y España, llegando a obtener un total superior a los 5 millones de euros.

El pirata condenado se coordinó con al menos otros tres miembros de la organización, todavía no identificados, para realizar estas operaciones desde su residencia en España.

La extracción del dinero se hacía a través de personas designadas en cada país, que acudían al cajero a una hora concreta para recoger la cantidad que el jáquer había ordenado a la máquina dispensar automáticamente.

En el marco de este entramado se detuvo a dos personas en Taiwán y se registraron dos intentos fallidos de acceder a los bancos Santander y Sabadell en España, de acuerdo con la sentencia.

El jáquer transformó los beneficios obtenidos de la actividad criminal a dinero virtual, principalmente criptomonedas que posteriormente convirtió en dinero para cargar varias tarjetas prepagos que empleaba con su pareja.

Ambos adquirieron, a nombre de ella, cuatro automóviles, una moto de agua y 40.000 euros en joyas, ascendiendo a un total de 265.000 euros.

El fallo también recoge que el condenado llegó a mover en distintas plataformas de intercambio de criptodivisas 3,4 millones de dólares americanos y 567,7814 bitcoins.

Fuente: Sputnik