Hay ciertos sucesos que parecen ser sacados de la ficción. Algunos incluso son similares a algunas películas. En este contexto, dos meteorólogos fueron echados de sus trabajos por haber dado un mal pronóstico del clima, el cual provocó la suspensión de un importante evento.

El hecho sucedió en Budapest, en Hungría. Unos meteorólogos eran considerados de los más calificados en el país y su profesionalidad los llevó a trabajar en el servicio meteorológico de ese país. Sin embargo, todo ese reconocimiento que adquirieron por años se esfumó luego de un mal pronóstico

Todo ocurrió el sábado pasado, 20 de agosto. Ese día el gobierno húngaro había organizado un gran festejo en la ciudad por el Día de San Esteban, un santo muy popular en ese país. La fiesta es muy importante y se la considera "La más grande de Europa". Es por eso que habían planeado un gran festejo con fuegos artificiales.

La fiesta por el "Día de San Esteban" es muy importante en Hungría y se la considera el evento más grande de Europa.

No obstante, los meteorólogos informaron que para ese sábado se esperaba un pésimo clima en donde había pronóstico de fuertes tormentas. Los organizadores del festejo siguieron las alertas de los profesionales y advirtieron en primera instancia que dicha celebración podría posponerse. 

Algo que finalmente terminó sucediendo. El evento del gobierno fue suspendido a siete horas de que comenzara. No obstante, durante el horario en donde se llevaría a cabo el gran festejo las tormentas nunca llegaron y la cancelación fue en vano. De hecho, ese fin de semana hay una gran expectativa por el movimiento turístico, dado que estimaban que habrían casi dos millones de personas presentes en la fiesta.

Tras la suspensión del gran evento europeo, el ministro de Innovación de Hungría, Laszlo Palkovics, informó el cese de los contratos de Kornelia Radics como jefa de la agencia nacional y de su segunda Gyula Horvath. Aunque no explicó a qué se debían sus despidos.

Desde la oposición, indicaron que los funcionarios consideraron la cancelación de dicho festejo como "una falta gravísima", y por eso despidieron a las meteorólogas que habían realizado el pronóstico de tormentas para el sábado pasado.

En tanto, las profesionales abandonaron sus respectivos puestos de trabajo en el servicio meteorológico y antes de irse ofrecieron disculpas en las redes sociales, en donde explicaron que había sucedido la situación menos probable ese día.

Esta situación generó un debate en ese país europeo. Hubo quienes se mostraron enojados por la suspensión del evento. Mientras tanto, otros afirmaron que si había alerta de tormentas lo ideal era posponerlo ya que que en 2006 hubo una tormenta durante los festejos del 20 de agosto, donde unas 5 personas murieron y otras 300 resultaron heridas.