Al trabajar durante muchos años en un mismo lugar, es normal tomarse algunas "licencias", teniendo en cuenta que se pasan largas horas dentro del mismo. En esa línea, una empleada de un supermercado español tomó varios cafés gratis a lo largo de su trabajo en el lugar, razón que le valió no solo ser despedida, sino quedar sin indemnización. 

Recientemente, el Tribunal Superior de Justicia de Valencia aprobó el despido de una empleada de supermercado que contaba con una antigüedad de 35 años en su puesto, desde 1989. Mientras cumplía la jornada, la mujer se tomaba algunos cafés sin pagar. Sin embargo, respaldados en las normas de la empresa, las autoridades aseguraron que esto estaba prohibido. 

Después de 35 dentro de la cadena, la empleada que había ascendido a gerente categoría B, fue despedida sin más al ser descubierta por tomar cafés gratis, o sin guardar el comprobante. Además, cabe destacar que no aprobaron la indemnización, con lo cual, su salida fue abrupta y sin ningún beneficio mínimo. 

Despidieron a empleada que tomó café sin pagar en un supermercado: ¿Cómo la descubrieron? 

La mujer, cuya identidad permanece en confidencialidad, fue interceptada por otras empleadas del centro mientras consumía café al valor de 0,80 euros cada uno. Las últimas veces fueron los días 4, 7 y 9 de julio de 2022, cuando sus colegas malintencionadas revelaron su práctica cotidiana. 

Las autoridades comprobaron la acusación mediante las cámaras de seguridad. Sin embargo, no fue hasta el 21 de julio que la coordinadora del supermercado descubrió a la empleada bebiendo un café sin haber abonado. 

Al pedirle que justificara su consumo, la mujer aseguró que los había pagado, pero no logró demostrarlo con los comprobantes. Terminó su jornada, pagó los dos cafés, pero no introdujo el comprobante de compra en el sistema informático. 

Despido sin indemnización: así echaron a la empleada por tomar café gratis

El supermercado le entregó su carta de despido al día siguiente, el 22 de julio de 2022. El motivo fue la "falta grave de fraude, deslealtad y abuso de confianza, robo y hurto", siguiendo lo expuesto por el Convenio Colectivo. 

La trabajadora intentó presentar una conciliación, pero no fue aprobada. Luego presentó una demanda ante el Juzgado de lo Social y nuevamente, fue desestimada. 

Tras intentar un nuevo recurso legal que fue denegado, terminó rindiéndose. De hecho, el Juzgado de lo Social ratificó la gravedad de sus actos, aunque hayan ayudado a beber un café cada algunos días. 

"Estamos ante un comportamiento desde luego reprochable y en consecuencia, relevante para la pérdida de la confianza que se tenía depositada en la misma”, declaró. El despido se concretó y la mujer quedó sin indemnización y sin trabajo.