Shanghai atraviesa una situación crítica por la pandemia del coronavirus, que tuvo como consecuencia la difícil decisión que tuvieron que tomar las autoridades de implementar sobre su población una cuarentena estricta, que ya lleva un mes de duración.

Pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que en el mundo los casos descendieron un 24% promedio, la ciudad china atraviesa una situación completamente diferente, que genera preocupación y gran malestar social.

Shanghai sufre el brote más alto de casos en una ciudad de China.

Las restricciones en esta ciudad comenzaron oficialmente el pasado 28 de marzo, aunque para entonces ya había edificios residenciales que llevaban más semanas completamente aislados del exterior, por lo que no se cuenta esta fecha como inicio real de la cuarentena, que lleva al menos alrededor de 30 días.

El pasado martes, Shanghai registró más de 26 000 nuevos casos, aunque sólo 1 189 eran de personas con síntomas, lo que hace que sea más difícil para las autoridades sanitarias poder detectar los contagios positivos de esta enfermedad.

"Todos estamos agotados, pero nos animamos mutuamente, y estamos convencidos de que la epidemia acabará remitiendo", resaltó Dai Ren, médico de urgencias del Centro de Emergencias Médicas del Distrito de Songjiang, en Shaghai.

Bajo el lema de "tolerancia cero" al Covid, a la megametrópoli china, que cuenta con una población de 26 millones de personas, se enviaron más de 10.000 trabajadores de salud de todo el país, incluidos 2.000 militares, mientras que se siguen haciendo pruebas masivas a los residentes.

La situación genera que haya escasés de alimentos dentro de la ciudad y que se dependa de la asistencia estatal, ya que hay restricciones hasta para salir a realizar las compras para los ciudadanos.

Por este motivo, cientos de ciudadanos salieron esta semana a los balcones o se asomaron por las ventanas de sus hogares para gritar descontentos por la medida, como forma de protesta.

Las medidas preventivas tomadas por las autoridades llevaron incluso a que se sacrifiquen animales en esa ciudad como medida preventiva, una de las decisiones más polémicas tomadas por parte del gobierno local.