Convicto cometió el crimen "más abominable" de la historia
Un hombre que cumplía condena por un asesinato en una cárcel de California mató de manera salvaje a su compañero de celda.
Jaime Osuna, un asesino convicto de 34 años, quedó en la historia acusado de haber cometido uno de los crímenes más "abominables" que se hayan visto en la Prisión Estatal de Corcoran en California, Estados Unidos.
Todo ocurrió en 2019 cuando, según informó el fiscal del condado de Kings, Phil Esbenshade, Osuna cortó varias partes del cuerpo de Luis Romero, su compañero de celda, y luego lo decapitó.
El convicto utilizó un "objeto metálico afilado envuelto en una cuerda y atado a un mango" para sacarle el dedo y el ojo a su compañero.
Los investigadores creen que la víctima estuvo consciente gran parte del tiempo que duró el salvaje episodio.
"Es el caso más abominable que he visto en términos de atrocidad", aseguró Esbenshade. Las autoridades declararon que Romero, de 44 años, murió desangrado debido a "múltiples traumatismos de fuerza aguda".
Sin embargo, Osuna se declaró inocente del asesinato de su compañero y de otros cargos que incluyen tortura y posesión de armas en una institución de custodia.
Osuna ya está cumpliendo cadena perpetua sin derecho a libertad condicional, por el asesinato de Yvette Pena en el 2011. Ahora fue trasladado a una prisión para presos que necesitan atención médica o de salud mental.
Nuevos documentos
Los documentos agregan nuevas revelaciones y plantean más preguntas sobre uno de los asesinatos más atroces dentro del sistema penitenciario de California. El crimen motivó investigaciones y una demanda sobre por qué Romero estaba en una celda con Osuna, un autodenominado satanista con antecedentes de atacar a sus compañeros. Uno de los informes también culpa al Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California por realizar una investigación pobre y retrasar la acción disciplinaria contra los guardias.
En los informes no se detalla por qué los oficiales no descubrieron la espeluznante escena temprano. Pero según una denuncia de la familia de Romero, los barrotes de la celda estaban cubiertos por una sábana blanca, lo cual sugiere que los guardias no revisaron a fondo.
El Departamento de Correcciones disputó las conclusiones de los informes y dijo en un comunicado que había realizado una “investigación exhaustiva y completa desde el principio”.
Pero el abogado de la familia de Romero, Justin Sterling, dijo que los informes describen el “velo de secreto” del departamento, que oculta la mala conducta de los agentes.
“La idea de que mi cliente debió presentar una denuncia para obtener respuestas a preguntas básicas sobre la muerte de su hijo es desalentadora”, afirmó.
Los guardias estaban destinados a revisar la celda de vez en cuando, añadió Sterling, y el crimen habría tardado horas en cometerse. Si se hubiesen hecho los controles requeridos, Romero estaría vivo hoy, agregó.