China es una tierra repleta de incógnitas, que no dejan de sorprender cada día, en especial por su enorme historia y porque el extenso territorio permite siempre estar en lo alto de los hallazgos. En ese contexto, esta semana descubrieron en la Ciudad Nueva de Qinhan unos antiguos espejos de bronce que siguen conservando un claro reflejo tras pasar 2.000 años, enterrados bajo tierra.

Los objetos, que cuentan con delicados dibujos en su parte posterior, poseen un gran valor histórico y artístico para el estudio de la cultura material de la dinastía Han Occidental, además tienen un valor incalculable desde lo monetario.

Un equipo de arqueólogos descubrió más de 80 espejos de bronce, datados de la dinastía que abarcó desde el año 206 a. C. hasta el 25 d. C., en una tumba de gran tamaño localizada en la Ciudad Nueva de Qinhan, en la provincia china de Shaanxi, reporta Global Times.

Los investigadores aseguran que, a pesar de que fueron sepultados bajo tierra hace 2.000 años, muchos siguen siendo brillantes y ofrecen un claro reflejo. Los espejos varían en tamaño desde los 22 cm de diámetro del más grande hasta los 7 cm del más pequeño. El lado posterior de los espejos está decorado con delicados dibujos con motivos como nubes, mientras que uno en particular cuenta con cuatro caracteres chinos, "jia chang fu gui", que significa "el hogar de la prosperidad".

"Los espejos recién descubiertos son grandes referencias para que los arqueólogos estudien más la cultura material de los periodos temprano y medio de la dinastía Han Occidental. También son excelentes ejemplos del gusto estético de los antiguos chinos y poseen un valor histórico y artístico", comentó un arqueólogo de Xian, la capital de Shaanxi.

Además de los espejos, en el yacimiento se encontraron más de 2.000 piezas que incluyen objetos de cerámica, jade y hierro.