Carta escrita en plena Primera Guerra Mundial llegó a destino...después de 105 años
Una pareja londinense recibió una misiva del correo británico con una fecha que terminaba en 16, pero no era del 2016 como pensaba ellos, sino de 1916, causándoles asombro.
"Crease o no de Ripley" era una antigua serie documental conducida por el actor estadounidense Jack Palance, en la cual se mostraron situaciones que dejaban atónitos a los televidentes o que les llamaba la atención, y hace un tiempo ocurrió algo que bien podría pertenecer a este antigua programa de televisión.
Es que una pareja inglesa pasó por una situación particular y que ni bien llegó una carta por el correo, pensaron que tenía un insólito retraso de algunos años, porque estaba datada en el año ‘16. Pero no era 2016, como creyeron, sino de 1916. Es decir, que llegó con una demora de más de 100 años, y ahora se convirtió en una pieza de estudio para historiadores de Londres.
Lo cierto, es que la carta fue enviada en febrero de 1916, durante la Primera Guerra Mundial, a la dirección de Hamlet Road, al sur de la ciudad londinense. Finlay Glen la recibió hace un par de años, con una estampilla de un peñique con la cabeza del rey Jorge V.
“Pensamos que era 2016, y luego nos dimos cuenta de que la estampilla era un rey en lugar de una reina″, dijo a la CNN. De hecho, fue enviada mucho antes de que naciera la futura reina Isabel.
¿Qué dice la carta?
Cabe destacar, que la noticia es que después de un par de años de recibirla, la llevaron a Norwood Review, una revista local que profundiza en la historia.
En la carta se leía que estaba dirigida para “mi querida Katie”, esposa del magnate de sellos local Oswald Marsh. Y fue escrita por Christabel Mennel, hija del comerciante de té Henry Tuke Mennel, mientras su familia estaba de vacaciones en el oeste de Inglaterra. Mennel contaba detalles de su descanso, en el que sufrió un resfriado muy fuerte.
“Incidentes como este suceden muy ocasionalmente, y no estamos seguros de qué fue lo que sucedió en este caso”, aseguraron desde Royal Mail, el correo oficial.
Glen Finlay, que es director de teatro y dramaturgo, dijo que si tiene valor histórico debería quedar en archivo, pero si no le encantaría conservar la carta recibida.