La ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya, confirmó el asesinato de los periodistas españoles David Beriain y Roberto Fraile, que habían sido dados por desaparecidos ayer en Burkina Faso tras el ataque de un grupo armado. 

Los periodistas españoles trabajaban en un documental sobre los operativos que organiza Burkina Faso para proteger los parques naturales contra la caza furtiva y sobre las comunidades humanas asentadas en esos parques. 

"Ayer lunes, 26 de septiembre, se perdió el contacto con un grupo de personas, alrededor de 40, que se encontraban en un parque natural en la frontera de Burkina Faso y Benin", dijo la funcionaria. El grupo habría recibido un ataque de personas armadas no identificadas que culminó con tres heridos y cuatro desaparecidos. 

Los atacantes además robaron armamento y equipamiento, como dos camionetas artilladas, un dron, doce motocicletas y aparatos de comunicación, durante el asalto que tuvo lugar lugar cerca de la localidad de Pama, capital de la provincia de Kompienga (en el suroeste del país), según informó el sitio web RTenespañol.

La ministra informó que entre los desaparecidos se encontraban los dos españoles, además de un ciudadano irlandés y uno de Burkina Faso, miembro de las fuerzas de seguridad locales. "Es una zona peligrosa por ser campo de operación habitual de grupos terroristas, de furtivos, de bandidos y de grupos yihadistas", afirmó.

"La información sobre lo que ocurrió es confusa. Hemos estado desde entonces en contacto permanente con las autoridades", ha advertido González Laya. Aunque ha señalado que aún falta la última confirmación, todo apunta a que los cuatro cadáveres encontrados serían los de los desaparecidos, entre los que estarían los de los dos españoles.

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Los medios locales del país africano ya habían apuntado que los desaparecidos habrían sido secuestrados durante el ataque registrado en el sureste del país y posteriormente ejecutados.

Este país africano, al igual que una buena parte de la región del Sahel, experimentó un aumento de la violencia durante los últimos años, concentrada especialmente en el este y el norte. Hubo un repunte de ataques perpetrados por grupos yihadistas, como la rama de Al Qaeda en el Sahel, el Grupo para el Apoyo del Islam y los Musulmanes (JNIM) o el Estado islámico en el Gran Sáhara (ISGS).

Ayer el Ejército burkinés confirmaba que durante la última semana habían fallecido cuatro militares y dos supuestos terroristas en el marco de operaciones antiterroristas, mientras que el primer ministro, Christophe Dabiré, desde hace dos meses ha abierto las puertas a un posible diálogo con los terroristas.

Esta situación ha dado lugar a una grave crisis de migración con millones de desplazados. En total, el Sahel alberga a tres millones de personas entre refugiados y desplazados internos.