A 10 años del tsunami en Japón, una herida que sigue abierta
Se cumple una década del desastre natural más grande en la historia del país asiático, que incluyó un feroz accidente nuclear en Fukishima. ¿Cómo sigue la reconstrucción?
Por Francisco Nutti
@FranNutti
Hace diez años, el 11 de marzo de 2011, uno de los sismos más fuertes registrados en la historia de Japón desató un enorme tsunami, que provocó la muerte de más de 20.000 personas y generó catastróficas fusiones nucleares en la planta Fukushima Diichi. Desde entonces, el país asiático inició su reconstrucción, pero el dolor nunca pudo cesar.
Faltaba media hora para las 15:00 PM cuando las aves comenzaron a volar sin rumbo, lo que alertó a algunos ciudadanos que dedujeron que algo andaba mal. Quince minutos después, un potente terremoto de magnitud 9,2 sacudió el noroeste, a 371 kilómetros de Tokio.
En simultáneo, el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico emitió una alerta de tsunami desde Japón hasta Estados Unidos. Segundos más tarde, olas de más de diez metros de altura golpearon la costa nipona, barriendo los vehículos, causando el colapso de los edificios y cortando rutas y caminos alternativos. Las muertes fueron miles.
En el momento del desastre, Japón tenía 54 reactores nucleares, dos en construcción y 17 centrales eléctricas, que producían el 30% de la electricidad del país. Con la tragedia ambiental, varias quedaron destruidas y liberaron contaminación radiactiva, como la planta de Fukushima, donde la crisis duró meses, con niveles de radiación extremadamente altos.
Frente a ese escenario, miles de personas debieron evacuar sus viviendas; sin embargo, los investigadores comprobaron que la mayoría de los decesos no fueron causados por la radiación, sino por el frío, ya que el apagón nuclear llevó a una reducción del consumo de energía eléctrica, del que muchas personas dependían para calefaccionarse.
El gobierno local estimó que el tsunami arrasó cerca de cinco millones de toneladas de escombros en alta mar, pero que el 70% se hundió, dejando 1,5 millón de toneladas flotando en el océano Pacífico. Se estima que los daños materiales causados por la tragedia ambiental rondaron los 25.000 millones de yenes (entonces, unos 300.000 millones de dólares).
¿Cuáles son las señales que anticipan un tsunami?
"El origen de los tsunamis está dado como consecuencia de sismos submarinos, principalmente en sentido vertical, lo cual genera que a partir de estos movimientos se pongan en movimientos grandes volúmenes de la masa oceánica, la que comienza a moverse con mayor o menor velocidad e intensidad, situación que se agrava cuando estos fenómenos se producen en proximidades costeras", expresó el licenciado Hugo Risiga, quien destacó que "registrarlo a tiempo es prácticamente imposible, ya que la primera imposibilidad es detectar los sismos, que resultan ser los principales generadores de los tsunamis".
"Otros mecanismos pueden ser derrumbes submarinos o erupciones volcánicas también submarinas, es decir, fenómenos geológicos cuya predicción todavía no es posible", agregó.
Consultado sobre si es posible darse cuenta de que puede ocurrir un tsunami, Risiga detalló: "Una señal de advertencia puede ser el registro sismográfico generado como consecuencia del sismo en profundidad, pero esto resulta de muy corto tiempo, dependiendo de la distancia que separa el foco del evento a la costa".
Sobre los posibles anticipos de estos fenómenos, explicó que "para quienes se encuentren en ese momento en la playa, la más generalizada es el alejamiento instantáneo de la línea de costa una distancia importante hacia el mar, por ejemplo, más de 100 metros, como si el mar 'tragara' el agua".
"Hay que tener en cuenta que el desplazamiento de las olas cuando el fenómeno se origina a profundidades importantes puede alcanzar hasta 700 kilómetros por hora", concluyó.
Trastornos psicológicos
Según la afirmación de diversos especialistas en salud mental que estudiaron la tragedia, una gran cantidad de ciudadanos japoneses sufrió algún tipo de trastorno psicológico tras haber sobrevivido a uno de los peores desastres naturales ocurridos en ese territorio.
Yuka Kudo, socióloga de la Universidad Tohuko Gakuin, realizó más de 200 entrevistas aleatorias en la ciudad de Ishinomashi, devastada por el tsunami, y comprobó que la mayoría dijo que tuvo contacto con fantasmas o experimentó situaciones inexplicables.
Empezar de nuevo
En la catástrofe millones de personas lo perdieron todo. Aún así, las autoridades gubernamentales trabajaron incansablemente para sacar el país adelante.
Ante ese marco, el gobierno de Japón aprobó un plan de reconstrucción del noreste del país, la zona castigada por el tsunami y el accidente nuclear, que se prolongará hasta 2031 y contará con 15.000 millones de dólares adicionales.
La iniciativa incluirá asistencia para la reactivación económica de esas áreas, así como auxilio a las personas que aún sufren consecuencias psicológicas y de otro tipo a raíz de la desgracia. También servirá para promover el retorno de la población a las zonas que fueron evacuadas tras el desastre nuclear y que continúan siendo de acceso restringido. Sin embargo, más allá de cualquier tipo de ayuda, el horror vivido será imborrable.