El argentino Pablo Berra que desde hace 12 años vive en Sudáfrica, se ofreció como voluntario para testear la vacuna del coronavirus desarrollada por la Universidad británica de Oxford y el laboratorio AstraZeneca, y el lunes recibió la segunda dosis.

"Cuando me dieron la primera dosis no había sentido nada, ni el pinchazo. Pero hoy sí, un poquito de dolor. Me han vuelto a dar una planilla que debo ir completando todos los días, dónde debo marcar la temperatura, y un montón de cuestiones. Es un control personal que debo hacer día por día hasta el lunes próximo", cuenta Pablo de 55 años, quien formó parte del procedimiento que comenzó en junio. La dosis inicial la recibió hace cuatro semanas atrás.

Sin embargo, el lunes lo volvieron a vacunar, luego de tomarle la presión arterial, sacarle sangre, y hacerle el hisopado; chequeos médicos que le hacen semanalmente desde el comienzo de la experimentación.

Dentro de una semana, el personal médico controlará esa planilla que el argentino completará diariamente.  "Estoy conectado con los médicos a través del celular. Confío en que hoy, y los primeros días, serán similares a los posteriores a la primera aplicación. Entonces tuve algunos malestares pequeñitos (dolores musculares, un poco de fiebre y chuchos de frío durante algunas horas) y ahora me volvieron a explicar que puede haber efectos secundarios", dice.

 Fue el único de su familia y su círculo cercano que se animo a probar la vacuna de Oxford, y cuenta que recién este martes pudo hablar con otros voluntarios. "Algunos no sintieron absolutamente nada tras la primer dosis, y otros tuvieron síntomas leves como los que tuve yo", relata.

En un principio, Berra creía que sólo sería una sola dosis. Pero un par de semanas después de haber recibido el primer pinchazo le dijeron que iba a haber una segunda y última. Una doctora de  Sudáfrica que trabaja para Oxford fue quien le aclaró que "habían notado que con una sola dosis solamente, el 91% de los vacunados creaban anticuerpos y tenían buena respuesta de células T (las células inmunes) pero con dos dosis el 100% logra eso, por eso 29 días después de la primera dosis se aplicaba la segunda".

"Ya completé las dos, ahora sigue el seguimiento semanal al principio, y quincenal después: me hacen hisopados y me sacan sangre, eso dura 12 meses en total. Aunque saben que la vacuna será aprobada muy pronto, igual quieren corroborar el tiempo de durabilidad de los anticuerpos en quienes la hayan recibido, por eso es este seguimiento de 12 meses", cuenta.

Pablo se aplicó la vacuna desarrollada por Oxford en el laboratorio Shadukani, de Johannesburgo. De las pruebas realizadas en Sudáfrica participan 2020 voluntarios. A la mitad se les aplicó la vacuna y el resto recibió un placebo. Aunque no reciben ninguna información en ese sentido, Berra cree que él recibió la vacuna "por los efectos colaterales" que tuvo tras la primera aplicación.

En caso de resultar exitosa, la vacuna que están desarrollando la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca se fabricará en la Argentina para varios países de América Latina. La producción se llevaría a cabo en el laboratorio mAbxience que dirige Hugo Sigman, que de acuerdo con lo que se informó, fabricaría entre 150 millones y 250 millones de dosis, y podría estar disponible durante el primer semestre de 2021.

"Estoy más optimista que nunca -aseguró el voluntario-, creo qué pronto esto va a terminar, estoy convencido de que llegará próximamente la aprobación de la vacuna y sustentos todos de esta pesadilla".