La muerte de Diego Armando Maradona generó un gran dolor mundial y conmoción entre los vecinos del barrio privado San Andrés, en el partido bonaerense de Tigre.

En ese lugar transitó sus últimos días, el lote N° 45 del barrio San Andrés, en el denominado complejo Villa Nueva, situado en avenida Italia al 5200, en la zona del Dique Luján y jurisdicción de Benavídez, en el norte del Gran Buenos Aires, donde llevaba a cabo su rehabilitación tras haber recibido el alta médica en la clínica Olivos, y donde se descompensó a las 10 de la mañana y falleció minutos después del mediodía, luego de que los médicos que lo asistieron intentaran reanimarlo sin éxito.

Los profesionales pidieron rápidamente asistencia: llegaron varias ambulancias al domicilio, pero no pudieron hacer nada. La noticia generó una fuerte repercusión mundial.

El primer facultativo que asistió urgentemente al paciente fue un hombre que reside en el mismo barrio privado y que se asegura integra el cuerpo médico perteneciente al Delta Rugby Club.

Diego había sido operado el 3 de noviembre pasado en una clínica en Olivos, en el partido de Vicente López, y a raíz de una hematoma subdural.

Por su parte, el fiscal general de San Isidro, John Broyad, afirmó que "no se advirtió ningún signo de violencia" en la muerte de Maradona y remarcó que "el fallecimiento posee características naturales". La autopsia al cuerdo del astro del fútbol será a partir de las 18 de este miércoles.