No hay duda de que  Los Simpson es de las series más populares y aclamadas mundialmente. Más de 30 temporadas al aire de risas descomunales, guíones de primera, altos puntos de rating y una audiencia que le será fiel por siempre son solo una parte de la gran producción. En verdad, John Swartzwelder, guionista de esta comedia animada, esconde un gran secreto al cual se le puede atribuir el éxito de la serie y su calidad de profesional. 

El consumo de la familia amarilla no solo es masivo, sino permanente. Los capítulos nunca dejarán de reproducirse porque la fiel audiencia ya se acostumbró a saciar su ocio junto a Homero, Marge, Bart, Lisa y sus allegados, lo cual sería muy rara una vida sin la familia Simpson. A la hora de crear el guión, Swartzwelder encontró una clave para que el público se encariñe con los personajes lo más rápido posible, sobre todo con el más icónico: Homero. 

En diálogo con The  New York, el genio de la comedia dejó de lado su timidez (siempre fue muy reservado) y brindó por primera vez una entrevista donde hizo un repaso por toda su carrera, y habló sobre lo que todos queríamos saber: cómo se le ocurrió semejante cosa. 

"Gracias al acuerdo que tenía Jim Brooks, los ejecutivos no podían inmiscuirse de ninguna manera, aunque recibíamos notas censoras. Los ejecutivos no recibían copias por adelantado de los guiones y no podían en la lectura previa, aunque realmente querían. Todo lo que teníamos que hacer era complacernos a nosotros mismos. Esa es una forma muy peligrosa de llevar una serie, dejando a los artistas a cargo del arte, pero funcionó realmente bien al final. Hizo que lloviese un montón de dinero sobre Fox durante 30 años" expresó John, recordando con cariño la gran libertad que tenía el equipo de guionistas. 

Al principio dio un pantallazo general sobre cómo se abordaban los guíones, debido al humor tan característico: "No escribimos para niños o adultos, solamente intentamos hacernos reír mutuamente, a los guionistas de comedia. Ese era nuestro público. Afortunadamente, a un montón de gente, tanto niños como adultos, le gustó las mismas bromas que a nosotros". 

Luego reveló uno de sus trucos infalibles a la hora de escribir: "Siempre escribía mis guiones de principio a fin tan rápido como puedo, el primer día si es posible, poniendo mis bromas de mierda y la pauta de diálogo, en plan "Homer, no quiero que hagas esto", "Entonces no lo haré". Después de levantarme al día siguiente, el guion está escrito, es terrible, pero es un guion. La parte dura está hecha. Es como si un pequeño y cutre elfo se hubiese metido en mi oficina para hacer malamente por mí todo el trabajo para luego irse dando un toque en su sombrero cutre. Todo lo que tengo que hacer desde ese punto es arreglarlo. Así he cogido un trabajo muy duro, escribir, y lo he convertido en un sencillo, reescribir, de la noche a la mañana". 

 

Para concluir llegó a la parte más esperada: cómo logró construir el personaje de Homero Simpson. Mike Reiss, showrunner de la serie durante muchos años, comentó hace años que Swartzwelder siempre escribía a Homero como si fuera un "perrazo". Llegó el día en el que Swartzwelder pudo contestar: "Sí, es un perrazo parlante. Un momento es el hombre más triste del mundo, porque ha perdido su trabajo, se le ha caído un sandwich o ha matado accidentalmente a su familia, y al siguiente momento es el hombre más feliz del mundo porque acaba de encontrar un penique, quizá debajo de uno de sus familiares muertos. No es realmente un perro, por supuesto, es más listo que eso, pero si lo escribes como un perro, nunca lo harás mal".