Investigadores del Programa de Salud Global Smithsonian informaron del hallazgo de seis nuevos coronavirus en murciélagos que, a pesar de pertenecer al mismo grupo del que actualmente se propaga en todo el mundo, no están relacionados genéticamente con él. 

Los científicos descubrieron estos nuevos virus estudiando murciélagos de Myanmar como parte de un proyecto para identificar enfermedades infecciosas, con un alto riesgo de contagio de los animales a los humanos.

Una de las especies estudiadas (Imagen ilustrativa).

Los nuevos virus se hallaron en tres especies de murciélagos: el domestico amarillo asiático mayor, el, cola libre de labios arrugados y el nariz de hoja de Horsfield.

De acuerdo con coautora del estudio, Suzan Murray, para comprender el potencial que estos seis virus recién descubiertos tienen para afectar a la vida humana se necesitan más estudios. 

La investigación se realizó entre 2016 y 2018, periodo en el que los científicos recolectaron centenares de muestras de saliva y excrementos de murciélago, de modo que en total se estudiaron 759 ejemplares de once especies diferentes.

Los autores instalaron las trampas en distintas cuevas del país, pero se enfocaron especialmente en aquellas zonas donde es más probable que los humanos tengan contacto con los murciélagos en su ambiente natural.

Una especie contagiosa

Los murciélagos son animales transmisores de muchos virus; sin embargo, se considera que COVID-19, se originó en estos mamíferos, antes de pasar a los humanos a través de algún huésped intermediario, posiblemente un pangolín.

Tres de esas nuevas cepas fueron clasificadas como alfa-coronavirus y las tres restantes como beta-coronavirus, detallan los autores, que precisan que no todas las especies tenían ejemplares infectados o eran portadores: los virus fueron detectados solo en 48 animales del total de 759 especímenes sometidos al análisis.

"Las pandemias víricas recuerdan lo estrechamente que está vinculada la salud humana con la salud de la vida silvestre y el medio ambiente", afirmó el primer autor del estudio, el virólogo veterinario Marc Valitutto, en el portal web del Instituto Smithsoniano de Washington.