Cada signo del zodiaco le confiere a la persona nacida bajo su energía ciertas características que las hacen únicas e irrepetibles. Entre muchas cualidades, nos podemos encontrar con aquellas a las que les cuesta mucho trabajo admitir cuando una relación de pareja no va más.

Puede que sea por necedad, o porque sepan que se quedarán solos, o porque las emociones sean un aspecto propio con el que les cuesta trabajo lidiar, pero lo cierto es que no les resulta fácil renunciar a vínculos que saben que ya están rotos.

En algunos casos, puede que el mayor desafío sea la aceptación, el encuentro con la propia soledad y, en otros, apagar la cabeza y dejar correr los sentimientos, sea a donde sea que vayan. Ellos son:

Tauro

Tauro es un signo sumamente desconfiado. Le cuesta muchísimo abrirse a personas y experiencias nuevas, y entrar en confianza para ellos es un proceso largo y lento.

Son personas que siempre se mueven mejor en terreno conocido y se sienten a gusto en espacios donde se sienten queridos y aceptados. Por este motivo, la comodidad que pueden llegar a sentir en una pareja les resulta difícil de soltar.

Los taurinos no son personas que se abren fácilmente a experiencias nuevas, sino que prefieren quedarse con lo conocido y cómodo, aunque no sea perfecto, pero que les haga sentir una cierta seguridad que para ellos es muy necesaria.

Aunque sienta que una relación ya está acabada, a Tauro le resultará muy difícil salir de ese círculo de comodidad, porque son personas que adoran estar en pareja y saben que les cuesta mucho trabajo encarar nuevos vínculos.

Virgo

La racionalidad que maneja Virgo hace que sienta que puede reparar cualquier tipo de relación sentimental, aunque sea evidente que ya está acabada. Es un signo que le cuesta muchísimo entrar en el terreno de los sentimientos. Son tan mentales que creen que podrán arreglar un vínculo emocional como si fuese una pieza de un objeto roto, cuando en realidad se trata de sentir.

Además, su grado de perfeccionismo hace que crean que nada termina de estar a la altura de sus expectativas, por lo que no solo les cuesta salir de relaciones rotas sino que se quedan pero sienten que no son suficientes, formando un círculo vicioso al que les cuesta mucho renunciar.

Cuando su relación de pareja no anda bien, es probable que Virgo intente hacer a un lado las emociones y tienda a racionalizar todo: buscará los pro y contra, hará balances, intentará modificar actitudes de su pareja, todo el post de racionalizar los sentimientos e intentando engañarse con algo que, quizás, ya se terminó.

Cáncer

Se trata del primer signo de agua, la puerta de entrada al mundo de las emociones y los sentimientos. Cáncer es el signo de la casa y de la madre: constantemente busca cobijo y seguridad, y esa expectativa suele depositarla en sus relaciones de pareja.

Cáncer siente precisamente eso: cuando ve que una relación está rompiéndose, lo vive como una pérdida de protección y suelen sentirse solos y desconsolados. Esto hace que quieran mantener los vínculos y sacarlos a flote bajo cualquier circunstancia, aunque sea evidente que todo está acabado.

A los cancerianos les cuesta muchísimo estar solos. Para ellos el cariño de una pareja es tan fundamental como el de la familia, y sienten allí un apoyo único que les cuesta mucho abandonar. Por este motivo, y ante la evidencia de que un vínculo no funciona, pueden llegar a hacer como si nada pasara hasta que todo explota.