Una alegría para terminar el año. Boca no jugó nada bien, fue por momentos superado por Talleres y hasta jugó con uno menos los últimos 20 minutos. Sin embargo, tras el empate sin goles, todo se definió por penales, y allí, el Xeneize no falló: convirtió los cinco, Agustín Rossi tapó uno y se consagró campeón de la Copa Argentina

En la previa, se habló de que el Xeneize estaba en el debe en cuanto a los partidos importantes, ya que no había conseguido un gran desempeño en los encuentros determinantes, y este miércoles volvió a mostrar una pálida imágen, más allá del resultado final.

El comienzo del encuentro lo tuvo a Talleres siendo el protagonista de las primeras emociones. Los dirigidos por Alexander Medina presionaron la salida de Boca bien arriba y tuvieron varias recuperaciones que provocaron algunos ataques, aunque no estuvo preciso en los últimos metros para poder concretar el gol.

Rafael Pérez tuvo la primera ocasión de gol tras un tiro de esquina, pero Carlos Izquierdoz bloqueó su remate. En cuanto al ataque de Boca, realmente hubo poco y nada.

Promediando la primera mitad pudo adelantarse un poco más en el campo, aunque no generó situaciones de gol. Sebastián Battaglia apostó por poner prácticamente los mismos jugadores que ante Newell´s, con el ingreso de Agustín Almendra, pero cambió el esquema.

Edwin Cardona, quien habitualmente jugaba como enganche, se paró como extremo, aunque duró poco tiempo por el costado izquierdo, ya que siempre se tiró para el centro. En cuanto a jugadas creadas de gol, solamente hubo un tiro de media distancia de Cardona que se fue muy lejos del arco. 

Al igual que en los primeros 45 minutos, el complemento estuvo repleto de faltas por parte de ambos equipos. El juego se hizo muy cortado debido a las constantes infracciones y, por momentos, el encuentro fue tedioso.

Ni Talleres ni Boca cedieron un centímetro, por lo que cada pelota disputada terminaba en un roce constante y más hablado que jugado. De tantas infracciones, a los 21 se dio la expulsión de Juan Ramírez, quien había visto la amarilla hacía sólo algunos minutos, por doble amarilla.

Con el hombre de más, Talleres dominó el partido, aunque más con empuje que con juego, ya que no tuvo tantas opciones claras como para poder vencer el arco defendido por Rossi, mientras que el Xeneize se defendió en su propio campo, a la espera de los penales. Allí, Boca fue más preciso que la T, y otra vez apareció Rossi, tapó un penal y Boca se impuso 5-4.