Desde que volvió a Boca se convirtió en líder. Como tal, algunas actitudes que tiene son controvertidas y no son bien vistas por la mayoría del público, pero, sin dudas, Darío Benedetto manda en el vestuario Xeneize. 

En el ojo de la tormenta tras el affaire con Agustín Almendra, aquel frustrado primer tiempo en la cancha de River por las líneas de fiebre y el enojo al salir reemplazado el domingo ante Lanús, pateando carteles publicitarios, el Pipa renueva con cada gol su romance con la doce

Puede jugar regular, mal o bien, lo cierto es que el centrodelantero, con tanta experiencia a cuesta, maneja al equipo desde su voz de mando. Por eso el enojo y el reclamo airado a sus compañeros, pese a que se tapó la boca para que no trascienda lo que estaba gritando, tras el empate de Godoy Cruz a pocos minutos del final de la primera etapa. 

"Somos unos pelotudos, cinco minutos faltaban", les vociferó a Fabbra, Pol Fernández y el Chelo Weigandt, quienes lo acompañaban camino al túnel.