El Xeneize, fiel a su historia, se consagró por la vía de los penales como finalista de la Libertadores de América. En tiempo regular, empató 1 a 1 con Palmeiras y, después, Chiquito Romero tapó dos tiros para llevar al Auriazul a la final del 4 de Noviembre en Río de Janeiro ante Fluminense. 

¡Una sana costumbre! El Xeneize otra vez se instala en los más alto de América y, nuevamente, gracias a las manos de Chiquito Romero. Es que el arquero argentino se hizo enorme durante el duro partido ante el Verdao y, encima, como la frutilla del postre a la que nos tiene costumbre, en la tanda de penales, tapó dos tiros para ayudar a que el elenco Auriazul se instale en el partido desenlace. 

De esta manera, el conjunto argentino jugará una nueva final continental e irá en la búsqueda de la ansiada séptima. El 4 de noviembre visitará a Fluminense justamente en su terreno, el estadio Maracaná. 

Vale mencionar que en el tiempo regular, Palmeiras y Boca habían empatado 1 a 1 por la semifinal de la Copa Libertadores, que tras el 0 a 0 de La Bombonera, no hizo más que llevar la serie a los penales. 

UN TREMENDO PARTIDO

Ya sin la lluvia que explotó en las horas previas al comienzo del partido, en el Parque Allianz de San Pablo casi todo era verde y blanco. Es que el tremendo recibimiento de la gente del Verdao a sus jugadores, que buscan ante el Xeneize una nueva final del máximo certamen continental, incluso hasta generó que el comienzo del partido se dilate. 


Recién a los quince minutos se produjo la primera llegada a los arcos y la misma provino desde un disparo desde afuera del área, que Chiquito Romero contuvo en dos tiempos. Allí, ante el corto rebote que había dado el arquero Xeneize, fue Roni, quien terminó chocando al arquero y generó que los futbolistas visitantes comenzaron con su habitual repertorio de increpaciones a sus rivales: con Marcos Rojo como abanderado, lograron que Matonte amoneste al delantero brasileño.

 
 

UN GOL BIEN CHARRÚA

Cuando el conjunto visitante trataba de adaptarse al césped sintético y al partido, una jugada 'Made In Uruguay' decretó la apertura del marcador. La corrida de Merentiel (se llevó puesto a Gustavo Gómez) por la izquierda, le cedió el tanto a Cavani, que tirándose al piso la empujó para que Boca se transforme un solo alarido: "Uruguayo, uruguayo"

De esta manera, el atacante estrella del último mercado de pases convertía el segundo tanto en once partidos con la camiseta Auriazul. Además, el alarido del elenco argentino generó que se quiebre una tremenda marca de Palmeiras: llevaba seis partidos de copa sin que le convirtiesen un gol. 
 

 
El Palmeiras se vio tremendamente sorprendido por la autoridad con la que Boca se plantó en su propia casa. Y ante eso, nunca pudo hacerse cargo del trámite del partido. Menos cuando el Colo Barco, sobre el final de la primera parte, los provocó al parecerse sobre la pelota. Allí, los del Verdao perdieron los estribos y mostraron su impotencia. 
 

Ya sobre el final de la primera parte, el desconcierto del Verdao era tremendo. Sino mirá el horror que cometieron cuando intentaron salir jugando desde el fondo y, luego, Cavani marcaba su segundo tanto, que el árbitro uruguayo anuló perfectamente por off side en la acción inicial. 

JUECES TEMEROSOS CON ROJO

En el comienzo del segundo tiempo, lo más notorio fue una nueva irresponsabilidad de Marcos Rojo, que zafó de la roja porque Matonte no se animó a expulsarlo y desde el VAR se hicieron los distraídos y no se quisieron involucrar en una polémica. 

En el entretiempo, el DT Abel Ferreira se la jugó y metió dos cambios: adentro Kevin y la joya Endrick (ya es jugador del Real Madrid) lo que obligó a Almirón a reforzar la defensa, máxime ante la amarilla de Rojo

Ante eso ingresó el paraguayo Váldez y el que salió fue Merentiel. Enseguida, el Guaraní se paró como el último hombre de la defensa. 


Minutos después, el que dijo presente en rodeo ajeno fue Chiquito Romero, que como arquero de equipo grande, respondió ante el esporádico llamado. 

Minutos antes de salir reemplazado por Valentini, ante la acertada expulsión de Marcos Rojo, el "loquito" de Barco intentó un gol olímpico. 

BOCA, CON DIEZ JUGADORES

Segundos después, al terreno brasileño llegó la Justicia. Marcos Rojo llegó tarde a un cruce y ahora sí se fue -merecidamente- expulsado

Cuando restaban 18 minutos y el Xeneize no hacía más que resistir con diez futbolistas, llegó la bomba de Joaquín Piquerez desde afuera del área y finalmente quebró la resistencia nacional: 1-1. 

BOCA MUY NERVIOSO

Si Boca llegase a consagrar como finalista de la Libertadores, mucho se lo deberá a Chiquito Romero que metió una atajada bárbara, más ante el pique traicionero. 

COMO SIEMPRE, BOCA POR PENALES

Tal como nos tiene acostumbrados, Boca llegó a la definición por penales ante Palmeiras y allí no falló. Chiquito Romero, el guardián de los tres palos, le prometió a sus compañeros decir, una vez más, presente en la definición desde los doce pasos y volvió a cumplir: tapó los dos primeros -a Veiga y Gustavo Gómez- para que el Xeneize se consagrase por esta vía por 4 a 2.