Lio generó un nuevo capítulo en su larga carrera. En el partido de Las Garzas contra Toronto FC debió abandonar la cancha producto de una molestia, algo que pocas veces hemos visto. Hace unas horas se supo qué tiene La Pulga. 

Gestos de molestia en su rostro, caras atípicas... Miró al banco de suplentes; se bajó las medias; desató los cordones de sus botines mientras el tiempo se detenía y la cámara del director de la televisión se cerraba con su única imagen como protagonista de la noche; empezó a caminar lento y de una manera particular; derivó la cinta de capitán; charló a la pasada con un rival que, imantado por su aura y su figura, le consultó acerca de sus sensaciones; dejó el campo de juego; se sentó en el banco de suplentes y así protagonizaba un capítulo pocas veces visto a lo largo de su frondosa carrera.

Lionel Messi había encendido el jueves las alarmas al tener que pedir el cambio a los 36 minutos del primer tiempo, en el partido en que Inter Miami terminó goleando por 4 a 0 a Toronto FC en el marco del duelo de la fecha 33 de la MLS.

Pero las dudas ya han quedado, de a poco, descartadas y en Las Garzas y en la Selección Argentina respiran más aliviados. Según las primeras evaluaciones hay optimismo en que no existe lesión muscular y se trata de una nueva molestia en una vieja cicatriz en el posterior de la pierna derecha.

De ser así, La Pulga tendría chances de llegar a la final de la US Open Cup del próximo miércoles, desde las 21.30, como local de Houston Dynamo.

Por el momento, sería un hecho que el crack rosarino no jugará el domingo el clásico contra Orlando City, como visitante, por la fecha 34 de la liga estadounidense. 

Con estos estudios que sirvieron para aplacar la incertidumbre y las dudas acerca de sus futuras participaciones, La Scaloneta podría llegar a contar con su capitán para los duelos venideros por las Eliminatorias Sudamericanas: Paraguay y Perú.