Patovicas la noquearon cuando quiso entrar a un bar para buscar la campera que se había olvidado
En ese contexto, Bárbara, la víctima, habló con Crónica sobre el calvario que sufrió esa madrugada. "Caí desplomada, perdí el conocimiento en ese momento", detalló sobre el hecho que está en manos de la Justicia.
Una pareja fue a celebrar su aniversario a una cervecería situada en el barrio porteño de Barracas. Al finalizar la cena, la mujer quiso volver a ingresar al local donde se había olvidado una campera, pero se lo impidieron. Ante su insistencia, el patovica le pegó una trompada y la noqueó.
El episodio que quedó registrado por una cámara de seguridad ocurrió en el establecimiento Margall, ubicado en Regimiento de Patricios al 90 que no emitió ningún comunicado en sus redes sociales sobre lo sucedido.
En ese contexto, Bárbara, la denunciante, habló con Crónica y dio detalles sobre el calvario que sufrió esa madrugada. "Estoy mal, tengo una rodilla inmovilizada, y el cóxis inflamado con inyecciones, y un hematoma en el interior de la cabeza", expresó sobre su actual estado de salud tras la brutal agresión.
En diálogo con este medio, la mujer relató que alrededor de las dos de la mañana ingresó al local junto a su pareja para festejar "los 13 años juntos", pero “como el ambiente no les gustaba, porque era bravo", decidieron irse. Al salir del local, ella advirtió que se había olvidado la campera en el lugar.
“Volví a pedirla y no me dejaban pasar", detalló la mujer. Fue ahí que al reclamar por sus pertenencias, un patovica la empujó, la golpeó y la dejó desvanecida en el piso.
"Ahí me dieron un puñetazo en la cara, y un empujón. Yo volé”, contó Bárbara, y agregó: "Caí desplomada, perdí el conocimiento en ese momento".
En ese contexto su pareja intentó socorrerla, pero lo interceptaron. Y cuando fue a pedir explicaciones le respondieron con una piña. De manera que ambos quedaron desplomados en la vereda del boliche.
Una vez que pasó el violento episodio, la pareja fue al Británico y luego realizó la denuncia en el Ministerio de Justicia, porque según contó Bárbara "un patrullero policial lo habría golpeado a modo de amenaza para que no haga la denuncia".
Lo peor de todo, es que una vez que el hecho se viralizó y llegó a los medios de comunicación, cientos de víctimas que también habían sufrido ataques de patovicas en el mismo local, se contactaron con Bárbara.
“Yo todavía estoy impactada, viva de milagro, me podía haber desnucado y no la estaría contando”, concluyó Bárbara.