El encuentro entre Gimnasia y Esgrima de La Plata y Boca Juniors, clave por la definición del campeonato argentino, se vio opacado por los incidentes de gravedad ocurridos en las afueras del estadio del "Lobo". Por lo que se sabe, un grupo de simpatizantes del equipo local intentó ingresar a la cancha con la capacidad totalmente llena, por lo que la policía reaccionó a los disparos y a gases lacrimógenos.

Aparentemente, el problema principal tuvo que ver con la venta de más de entradas, excediendo la capacidad de las 21 mil personas habilitadas que tiene el estadio. Los hinchas que quisieron ingresar, entre ellos, un gran número de socios que contaban con entradas en manos y por lo que tenían permitido acceder a ver el encuentro.

A pocos minutos iniciado el partido entre Gimnasia y Boca, una intensa humareda invadió el campo de juego del Carmelo Zerillo de manera sorpresiva. Los jugadores y cuerpo técnico de ambos conjuntos corrieron hasta la zona de los túneles para escapar a los vestuarios. Algunos futbolistas, y hasta los DT de los equipos, salieron con la boca tapada y los ojos ardiendo.

Hasta ese entonces, no se sabia nada de lo que ocurría afuera. Sin embargo, la situación pasó a mayores cuando se escucharon los primeros disparos de la policía para ahuyentar a los simpatizantes que querían entrar al estadio desesperadamente. Los encargados de controlar los accesos comenzaron a cerrar las puertas y eso despertó aún más la furia de los hinchas "Triperos".

Vale mencionar que los accesos del estadio comenzaron a cerrarse por decisión de la dirigencia local unos 45 minutos antes del pitazo inicial. Además, uno de los simpatizantes de Gimnasia confió a los medios que, supuestamente, el conflicto se desató cuando un policía agredió a una menor de edad. Esto provocó la reacción de los simpatizantes y la respuesta inmediata de los agentes disparando balas de gomas y gases lacrimógenos hacia la gente. 

Los disturbios en las adyacencias del estadio se trasladaron al interior del mismo, y esta vez de manera más intensa. El público que colmó las tribunas atinaba a escapar de la intensa humareda que tapaba el escenario. Por tal motivo, cientos de hinchas saltaron al campo de juego para descongestionar la situación y como una solución rápida al caos, y de esta manera, evitar amontonamiento de gente en los accesos, esta vez, del lado de adentro.

La calma llegó una hora despues de los disturbios ocurridos, y a partir de ese entonces la policía garantizó la apertura de los accesos al estadio para que la gente que se encontraba en el interior pudiera salir lentamente. El humo de los gases lacrimógenos se apaciguó y paulatinamente las tribunas quedaron vacías de público.