Un cementerio privado de Luisiana, Estados Unidos, se negó a enterrar a un agente de policía local porque era de raza negra. La norma había sido fijada hace décadas y nunca fue quitada de los estatutos del establecimiento.

Ante la indignación general, los directivos del cementerio emitieron una disculpa pública a los familiares del fallecido y se comprometieron a revisar sus reglamentos internos.

La viuda del agente Darrell Semien, asistente del alguacil del condado, fallecido de cáncer a los 55 años, contó que sintió una “bofetada en la cara” cuando no pudo comprar una parcela en el cementerio de Oakling Springs, a 320 kilómetros de Nueva Orleans, por la regla de recibir sólo cuerpos de personas blancas.

Incluso tenían documentación en una carpeta para mostrarme que solo seres blancos pueden ser enterrados aquí. Era denigrante para él que no pudiéramos enterrarlo por ser negro”, contó en Facebook la señora Semien.

Esta semana, la junta directiva del cementerio se reunió y cambió las disposiciones de sus contratos. El presidente de la junta, H. Creig Vizena, consideró que la norma era “horrible y estúpida” y admitió a los periodistas que ni él ni los otros miembros del directorio estaba al tanto de esa norma. La empleada del cementerio que les negó el terreno a los Semien fue relevada de su cargo, según el diario local The Atlanta Journal-Constitution.

Pese a las disculpas, la familia del policía rechazó la oferta del directivo para usar sus terrenos personales en el cementerio y dijo que prefieren que descanse en cualquier otro sitio.