Frente al regreso a clases, llegan las conocidas charlas entre madres, padres y docentes. Sin embargo, cada vez se conocen más insólitas y ridículas conversaciones acerca del cuidado y la mantención de sus hijos. Esta vez el foco fue la merienda semanal, pero la surrealista reunión acabó por volverse viral.

 

A pesar de que en muchos casos la intención es buscar lo mejor para sus hijos, en varias ocasiones, las preguntas de las madres o padres se vuelven rebuscadas y poco tiene que ver con lo que concierne al cuidado. Así lo demostró la usuaria española de Twitter  @Mamadrastra y estalló en las redes.

 

Todo comenzó en un simple encuentro para debatir qué comida correspondía a cada día de la semana, en primera instancia, “los lunes y viernes, fruta, martes y jueves, bocata, y miércoles lácteos”, aseguró la madre. Sin embargo, ante cualquier consigna, había una familia que refutaba con su problemática individual.

 

“¿Bocata de qué?”, “¿Puede ser pan de fajita?”, “¿Se puede llevar bocata el día de lácteo?”, “En casa no tomamos lácteos, ¿puede ser bebida vegetal?”, fueron algunas de las consultas que abrieron el debate, transcrito por la mujer.

 

La reunión de madres, padres y docentes que estalló en las redes.
La reunión de madres, padres y docentes que estalló en las redes.

 

No obstante, cada vez que avanzaba más la conversación, más tensa se ponía entre las participantes. Si un bocadillo de queso podía llevarse o no el día de los lácteos y si eso rompería el esquema o si los frutos secos cortados estaban permitidos en las comidas, entre otros.


 

La reacción de las demás madres

 

Según la usuaria que mantiene un blog sobre cómo sostener la crianza siendo madre y madrastra a la vez, ella no participó de la reunión, pero sí su pareja. “Mi marido se quedó en shock con la segunda pregunta y comenzó a grabar porque no se veía capaz de llegar vivo al punto de ‘Material escolar’”, sostuvo ella.

 

Sin embargo, la conversación no quedó solo en un hilo de Twitter y alcanzó un nivel de repercusión que llegó a manos de una de las madres presentes. “Está molesta por mi falta de sensibilidad y comprensión ante dudas lógicas con los hijos. No quiero herir más sentimientos”, agregó ella, con ironía.


Aun así, recibió centenares de comentarios de personas que se sintieron identificadas en esa situación y se burlaban de no haber salido antes de tiempo, tanto en las reuniones presenciales como en los reconocidos “grupos de mamis”. Mientras que otros cuestionaron el hecho de que las escuelas le indiquen qué debe almorzar o merendar cada uno de los días.