La mentira despiadada que usó pasajero de colectivo cuando se cruzó con una "embarazada" que viajaba parada: "Vergüenza"
Un usuario contó en su cuenta de Twitter una vergonzosa situación que vivió en un colectivo”. Seguí leyendo la nota y enterate de todos los detalles.
La realidad es que en otros tiempos no hacía falta que se nos señalara que ofreciéramos el asiento en un transporte público, era una obligación. Sin embargo, en la actualidad es cada vez menos común ver este tipo de comportamientos. Estar dormido, hablar por celular o simplemente mirar por la ventana, pueden ser las excusas perfectas para no dar el asiento en el colectivo. Lo que antes era visto como obligación, hoy es algo que pocas veces sucede.
En estos tiempos, embarazadas, abuelos, mujeres con niños en brazos y hasta personas con alguna necesidad física son los que más padecen por un asiento vacío o cedido mientras viajan. El desinterés por parte de muchos pasajeros, en su mayoría, es como motivo por la falta de educación de valores.
Diferentes comentarios se pueden escuchar de pasajeros que solo tienen un asiento porque se desocupa y no porque algún “alma caritativa” se los cede.
Pero no todo está perdido, todavía hay jóvenes que siguen ofreciendo el asiento a las personas mayores o que tienen alguna discapacidad. Como el caso de un usuario de Twitter que a través de la red social contó que le quiso ceder el asiento a una embarazada, pero el acto de solidaridad terminó convirtiéndose en una situación muy vergonzosa.
El papelón que vivió un usuario de Twitter
“Me acabo de acordar que una vez le di el asiento a una chica pensando que estaba embarazada y me dijo "no, solo estoy gorda". Me dió tanta vergüenza en ese instante que le dije "no no, es que bajo en la próxima". toqué el timbre y bajé”, escribió el joven en la red social.
El posteo se hizo viral en cuestión de segundos y ya cuenta con miles de reacciones y comentarios.
“Me ha pasado que me den el asiento y, como quería evitarnos la vergüenza a ambos, le dije: ¡Ay, gracias! Me senté sosteniéndome el bombo lleno de Sugus. Win-win”, comentó una usuaria.
Y otra agregó: “Me pasó que viajaba con un compañero en el subte E en horario pico. Me dieron asiento y acepté feliz, mientras podía ver a lo lejos toda apretujada la cara de mi compañero entre sorprendido, intrigado e indignado porque a mi panza de grasa le dan asiento y a la suya no jajaja”.