Mikey Chanel tiene 18 años y es de Boston, Massachusetts, Estados Unidos. Nació con genitales masculinos y fue criado como un niño, pero ella simpre se sintió diferente a los varones que conocía.

Sus padres también esperaban que naciera mujer, ya que las las pruebas que le realizaron cuando era todavía un feto revelaron que era una niña, por lo cual los médicos y sus progenitores se sorpendieron cuando descubrieron que el bebé recién nacido tenía genitales masculinos.

"Era obvio para todos que yo era diferente.A los cinco años jugaba con los bolsos de mi tía y me ponía el lápiz labial de mi madre", contó la adolescente.

"Nunca me sentí como un niño. Era bastante afeminado y nunca pasé por la cosa de 'pubertad masculina. Solo tengo un poquito de vello facial y siempre he tenido un cuerpo de forma femenina, con caderas y trasero", destacó.

Esas diferencias no pasaron inadvertidas y la sociedad la hizo sufrir: "Me acosaron en la escuela, todos me decían que era un transexual, desde tercer grado, antes de que supiera lo que significaba realmente".

A los 13 años, Mikey manifestó que era gay; e incluso empezó a contemplar la posibilidad de ser transgénero.

Mikey nació como varón, pero siempre se sintió diferente.

El llamativo descubrimiento

Un día, luego de tener relaciones sexuales, la joven tuvo una sensación extraña después de orinar. Decidió hacerse un chequeo médico y le realizaron una ecografía en su tracto urinario.

Pero la sorpresa llegó con los resultados. "Me dijeron que tenía cuello uterino, ovarios, útero y trompas de Falopio y que podía quedar embarazada si quería", recordó.

"Pensé que era una broma. Ni siquiera sabía que esto era posible. Yo estaba como 'jaja, ¿dónde están las cámaras? Luego me mostraron mi útero en la pantalla".

En ese momento fue diagnosticado con síndrome del conducto de Müller persistente (PMDS), una condición poco común en la que una persona tiene genitales externos masculinos, con órganos reproductores femeninos internamente.

Los médicos aconsejaron que se sometiera a una histerectomía inmediata, porque la persona que lo padecen son suceptibles al cáncer, pero con la intervención los riesgos se reducen.

Tras la cirijía sus genitales masculinos quedaron infertiles, pero sus ovarios siguírían funcionando por algun tiempo.

"Estuve en estado de shock durante un par de semanas. Me di cuenta de que no podría tener un hijo nunca más, a menos que lo tuviera pronto", rememoró.

"Siempre supe que quería ser madre. Solía jugar con muñecos cuando era pequeña y siempre me he visto teniendo niños en el futuro, así que decidí, 'es ahora o nunca: tengo que intentar quedar embarazada'".

La joven está embaraza de cuatro meses.

El proceso para ser madre

Mikey se sometió a una serie de procedimientos de fertilidad, incluido Microinyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI por su siglas en inglés), donde el esperma de un donante se inyecta directamente en el óvulo de la mujer para crear un embrión fertilizado.

Luego, los embriones fertilizados se colocan en las trompas de Falopio durante un procedimiento laparoscópico llamado ZIFT.

Los tres embriones fertilizados se implantaron en la trompa de Falopio de Mikey a través de una cavidad abdominal porque no tiene vagina.

Mikey logró quedar embarazada. Está de cuatro meses, a pesar de las bajas probabilidades que tenía: "Me dijeron que solo había un 20 por ciento de posibilidades de que funcionara, pero funcionó. Estaba tan sorprendida, pero feliz. No puedo esperar a ser madre".

"Mis padres no estaban mucho cuando yo era niña, así que quiero ser el padre que mis padres no pudieron ser, realmente quiero estar ahí para mi hijo", indicó la joven. "Quiero apoyar en todo y en cualquier cosa que elijan en la vida", agregó.

Para ayudar con el embarazo, loe doctores le recetaron estrógenos y espera continuar con la transición después de que nazca el bebé. "Me siento más mujer ahora que nunca", destacó.

Síndrome del conducto de Müller persistente

Mikey decidió compartir sus experiencias para crear conciencia sobre el PMDS y ayudar a las personas a comprender que es una afección médica normal que le puede pasar a cualquier persona al nacer.

También quiere romper los estigmas sociales relacionados con la inconformidad de género: "Nadie habla realmente de esto, la mayoría de la gente ni siquiera ha oído hablar de eso".

"No hay mucha investigación al respecto y no hay muchas pruebas, a menudo se encuentra accidentalmente, como en mi caso", indicó.

"Siento que debería haber más investigación, solo estoy tratando de educar a la gente al respecto. Una vez que la gente entienda, podría romper un estigma realmente grande con el género y dentro de las comunidades LGBT", concluyó la futura madre.