"¡Hasta cuándo el robo!": encontraron exorbitante recargo en el ticket, se quejaron y fueron intimidadas por el personal
Dos turistas quisieron disfrutar de un día de playa, pero vivieron una desagradable situación. Una de las jóvenes contó lo sucedido en Twitter y se volvió viral.
Las zonas turísticas de todos el mundo suelen recibir quejas de los visitantes por sus exorbitantes precios: desde el alojamiento hasta la comida. Sin embargo, en las últimas horas se conoció un hecho que se volvió viral y recorrió el mundo: unas jóvenes fueron a un parador, recibieron un abusivo recargo en el ticket y cuando se quejaron fueron intimidadas por el personal.
El episodio ocurrió en la Isla de Barú (Cartagena, en Colombia), más precisamente en Playa Blanca, un sitio rodeado por paisajes paradisiacos, pero que cada vez recibe más denuncias de los turistas.
Las protagonistas de la historia son dos jóvenes colombianas que aprovecharon el fin de semana largo de su país para viajar y disfrutar del mar y el sol.
Las mujeres fueron a una playa, decidieron alquilar sillas y luego pidieron una piña cola, un agua de coco y una botella de agua. De acuerdo a sus cálculos, iban a pagar 86 mil pesos colombianos por todo, pero cuando llegó el ticket comenzaron los problemas.
Al ver la cuenta, se sorprendieron por el exorbitante recargo que encontraron en concepto de "servicios": 250 mil pesos, por lo que la suma total alcanzó los 336.000 pesos colombianos (unos $9918).
Una de las jóvenes, llamada Febe López, quedó indignada con la situación y contó lo sucedido en Twitter: “Por eso odio ser turista en mi propio país. ¿Alguien que me diga desde cuando uno tiene que pagar $250 mil en servicio por sentarte en una playa pública”.
"PLAYA BLANCA es lo peor que tiene Cartagena..@AlcaldiaCTG, por favor HASTA CUANDO EL ROBO. Difundan!!!!!", continuó y agregó: "Adivinen qué? Si no pagaba 250 iban a hacernos daño, QUE PASA?".
Adivinen qué? Si no pagaba 250 iban a hacernos daño, QUE PASA?
— Febe Lopez (@febelopezp) July 5, 2022
La publicación se volvió viral y los medios locales se contactaron con la mujer. En diálogo con El Universal, López afirmó: “Al final me entero de que en los 250.000 iba incluido: 1. El trabajo de ellos [trabajadores de la playa] del cual no sé cuál fue, ya que dure 3 horas allí. 2. Seguridad (según vigilancia para que nadie nos robara) 3. Que tenían que pagarle al de la basura”.
"Me pareció impresionante que me haya tocado pagar eso. Fui intimidada por cuatro personas altas, de contextura gruesa […]. En el sitio duramos tres horas aproximadamente. Antes de llegar se me acercó un chico y me dijo que me cobraría a precio local y lo que íbamos a consumir. Al final me dieron la cuenta y yo le dije no voy a pagar ese dinero. Luego me intimidaron y me dijeron que eso era el costo de su trabajo”, añadió.
Hechos como este se presentan constantemente en la ciudad y no solo en las playas, restaurantes, bares e incluso taxis, son algunos de los lugares donde turistas se ven expuestos a este tipo de abusos.