En las últimas horas, una escena que parecía ser sacada de una película romántica porque tenía todos los elementos para ser especial terminó horrorizando a los usuarios de Twitter.

Fue una chica la que contó la confusa situación que vivió cuando estaba caminando por la calle. Bajo el usuario “kmimk_”, la joven detalló una situación que a simple vista podría haber sido muy linda, pero que de linda no tenía nada.

Todo comenzó cuando la protagonista del tuit se topó con una pila de papeles desparramados por el piso y entremedio de ellos un libro, de aspecto viejo, abierto en una página que contenía un fragmento del texto completo.

Al principio, la chica creyó que era un momento especial y se acercó a descubrir si la vida le estaba mandando alguna especie de señal a través de esa situación o si el libro contenía un mensaje para ella.

Sin embargo, tras leer lo que decía, no quiso ni agarrar el libro debido a que quedó espantada con su contenido. 

“Último tango en París. le meten el dedito en el cu…, y que le gusta. Y que Marlon Brando embadurna a una mina con manteca, antes de metérsela. Sí, andá y convencela de que ella es honrada. Que son honradas. Anda y que se convenzan de la pureza del hogar. Andá y deciles que por habernos criado sanos y fuertes tienen que estar satisfechas. Que nosotros los hijos somos la causa de a felicidad, andá y vas a ver como te sacan cagan... Las viejas están podridas de la decencia, eso se acabó, ahora quieren pija…, y yo las comprendo. Polemicemos, si querés”, dice la parte del libro que había quedado expuesta en la calle.

Como era de esperarse, los usuarios quedaron horrorizados tras leer lo que decía el libro y el tuit tuvo una gran repercusión haciendo referencia al libro en cuestión.

La historia detrás de la escena del libro

El libro que se robó el protagonismo en Twitter se llama "Flores robadas en los jardines de Quilmes" y es del autor "Jorge Asís", quien lo publicó en 1980. La manteca es una referencia a una escena de la película El último tango en París, donde se muestra un abuso sexual. 

En 2007, Maria Schneider, la protagonista de la película en cuestión, otorgó una entrevista al Daily Mail en la que reveló que la famosa escena de la película, donde el personaje encarnado por Brando usa manteca para sodomizarla, no había contado con su consentimiento. 

El director de 'El último tango en París', Bernardo Bertolucci, junto a los protagonistas, Marlon Brando y Maria Schneider.
El director de "El último tango en París", Bernardo Bertolucci, junto a los protagonistas, Marlon Brando y Maria Schneider.

Según contó, aquella escena no estaba en el guion: “Me informaron justo antes de filmarla. Debí llamar a mi agente o tener un abogado en el set de rodaje, porque no puedes forzar a alguien a hacer algo que no está en el guion, pero yo no lo sabía. Marlon me dijo que no me preocupara, que solo era una película, pero yo estaba llorando de verdad (...) Me sentí muy mal, porque me habían tratado como a una sex symbol y yo quería que se me reconociera como actriz. Para ser honesta, me sentí humillada. Me sentí un poco violada por ambos (...)”. Luego de terminar la película, la actriz no quiso volver a ver a Bertolucci ni a hablar con él.

Lamentablemente, su revelación a la prensa no causó ningún impacto. El hecho la marcó para toda su vida, fue tan traumático que se volcó a la droga e intentó matarse. Una vez que salió a luz, la respuesta del mundo fue la indiferencia. La artista terminó muriendo de cáncer y sin conocer la justicia.

Maria Schneider y Marlon Brando en 'El último tango en París'.
Maria Schneider y Marlon Brando en "El último tango en París".

Dos años después de su muerte, fue Bernardo Bertolucci el que confesó lo que había hecho: “Estábamos desayunando con Marlon en el departamento. Él estaba poniendo manteca en una baguette. Hablábamos de cómo hacer esa escena. Nos miramos el uno al otro y, enseguida, no tuvimos que decir nada más, ya sabíamos lo que queríamos (...)”, reconoció. "(…) me sentí terrible con María porque no le dije lo que sucedería, porque yo quería su reacción como una chica, no como una actriz. Yo quería que reaccionara, que se sintiera humillada (...) no le había dicho lo de la manteca que usaríamos como lubricante. Todavía me siento muy culpable (...) No me arrepiento, pero me siento culpable. (… ) Siento que para hacer cine y obtener algo uno tiene que ser libre (...) No quería que María actuara su humillación y su rabia; quería que María sufriera la rabia y la humillación. Y ella me odió para toda la vida”, confesó.