El insólito motivo por el cual un cliente de restaurante pidió el libro de quejas: "Totalmente absurdo"
Un mozo quedó desconcertado con la situación y relató lo ocurrido en las redes sociales. "No lo puedo llegar a entender", escribió el mesero. El hecho se volvió viral y recorrió el mundo.
Los mozos y las mozas suelen vivir situaciones extrañas con algunos clientes, pero día a día siguen apareciendo historias insólitas que los dejan sin palabras. Al menos así los demuestra el camarero de un restaurante, con 20 años de experiencia en el sector, que "jamás" había tenido que lidiar con este tipo de escena: le pidieron el libro de quejas porque no podía un pedazo de carne de la muela.
El hecho ocurrió en un restorán de la sierra de Albacete (España) y el encargado de compartirlo en las redes sociales fue el empleado, que quedó desconcertado con la "surrealista" situación.
Le pidieron el libro de quejas porque, el comensal, no podía sacarse un trozo de carne que se le había quedado en la muela tras haber comido rabo de toro y chuleta de ciervo, según consignó La voz del sur.
"Pagaron unos 69 euros, les invité a un chupito de mensa y salieron. Pero a los 10 minutos el chico volvió y me pidió un palillo porque se le había quedado un trozo en la muela", explicó el camarero.
Como no logró sacarlo, le ofreció hilo dental. Se fue, pero al rato regresó y, para su sorpresa, quiso presentar una queja formar contra el establecimiento.
"Le pregunté y me dice que no se puede sacar lo que tenga en la muela, sea carne o hueso, y que era algo que llevaba la carne", sostuvo el comensal. Pese a las explicaciones del trabajador sobre la preparación del rabo de toro, el cliente insistió, por lo que llamó a su jefe para intentar encontrar una solución.
Una señora que se encontraba en el local, casualmente, empleada en defensa al consumidor, advirtió que el caso "no llegaría a ningún lado", pero, aun así, el comensal no se detuvo e incluso llegó a reclamar que el restaurante asumiera los gastos de un dentista para que se lo extrajera.
"Lo veo totalmente absurdo, no sé si pretendía que le devolviéramos el dinero o, sinceramente, no lo puedo llegar a entender", afirmó el camarero. Finalmente, como el cliente no se iba, tuvieron que llamar a la Guardia Civil, que se personó en el local y tomó nota de lo ocurrido.