La teoría sobre aquellos sujetos que viajaron en el tiempo tiene una mezcla de mito urbano con destellos de presunta pero lejana realidad, y es que suelen aparecer cada tanto algunas situaciones que vinculan sujetos de otras épocas con hechos del pasado y el presente, lo cual hacen dudar hasta a los propios científicos de este tema.

El asunto es que hace unos días muchos quedaron sorprendidos por un cuadro de 1860, en el que aparece una mujer supuestamente sosteniendo un iPhone, y sólo pensarlo parece una locura, pero ahí están las imágenes para fabricar miles de teorías a partir de las creencias de cada quien. Ahora, otro hecho insólito similar acaba de ocurrir e involucra a una pintura de los años 1600 y la marca de ropa deportiva Nike.

En esta ocasión, un niño retratado en un cuadro de hace 400 años parece llevar el logo de Nike en unas zapatillas. ¿Es un viajero del tiempo? No lo sabemos, debido a que no lleva un modelo de los calzados reconocidos de la marca norteamericana. Sin embargo, el logo parece estar en su botín izquierdo, con la intención de hacer que las personas conspirativas se vayan hacia el borde de la locura.

El cuadro en cuestión fue obra de Ferdinand Bol, un pintor neerlandés nacido el 24 de junio de 1616 en Dordrecht, Países Bajos, y fallecido el 24 de agosto de 1680 en Amsterdam. Fue discípulo de Rembrandt van Rijn y se le considera uno de los principales seguidores de su estilo. Y el retrato es del niño Frederick Sluysken, hijo de un comerciante de vino de la época, reseñó Bio Bio.

Conmoción por la "pipa" en el zapato izquierdo del niño pintado.

La particularidad fue detectada por una mujer de 57 años llamada Fiona Foskett y su hija Holly, de 23. Ambas vieron el símbolo de Nike en la bota del retrato, del cuadro que está en la Galería Nacional londinense.

¿Quién es capaz de confirmar o descartar que este sea el logo de Nike? Los historiadores podrían decir que es una simple coincidencia en la pintura, debido a la sencillez del símbolo de la marca deportiva. Pero la realidad es que está bastante perfecta para ser una casualidad.

Viajero del tiempo: otro episodio

Un debate liviano, pero no menos interesante se produjo en las redes sociales, luego de que ha resurgido una historia peculiar que involucra a Internet y al famoso cuadro "Los esperados" (Die Erwartete) del pintor austriaco Ferdinand Georg Waldmüller. En la obra, se ve a una mujer de 1860 sosteniendo un aparato, que mira fijamente, y que muchos han interpretado como un teléfono móvil parecido a un iPhone.

Esta no es la primera vez que ocurre algo así y uno de estos casos fue cuando el gerente general de Apple, Tim Cook, visitó el Rijksmuseum de Ámsterdam y afirmó que un hombre en un cuadro holandés de 346 años de antigüedad parecía estar sosteniendo un iPhone. El cuadro en cuestión es "Hombre entregando una carta a una mujer en el vestíbulo de una casa" de Pieter de Hooch, pintado en 1670. El museo respondió a la observación de Cook, explicando que lo que parecía un iPhone era en realidad un medio de comunicación común en el siglo XVII: una carta.

Otro hecho parecido se encuentra en este cuadro.

Por lo tanto, la respuesta es más sencilla de lo que se cree: son libros, que hace 162 años atrás podían ser muy pequeños, o incluso cartas. De acuerdo con expertos en arte, la mujer del cuadro de Waldmüller no está usando un iPhone, sino que lleva consigo un libro de oraciones. Según explicó a Vice, Gerald Weinpolter, director general de la agencia de arte austrian-paintings.at, la mujer se dirige a la iglesia con el libro en sus manos.

"Lo que más me llama la atención es hasta qué punto un cambio tecnológico ha modificado la interpretación del cuadro y, en cierto modo, ha sacado partido de todo su contexto", sostuvo.

"El gran cambio es que en 1850 o 1860, todos los espectadores habrían identificado el objeto en el que está absorta la niña como un himnario o un libro de oraciones. Hoy, nadie podría dejar de ver el parecido con la escena de una adolescente absorta en las redes sociales de su smartphone", agregó.