Las redes sociales se convirtieron en un espacio de catarsis entre los internautas que deciden compartir las situaciones más insólitas que atravesaron en su vida cotidiana, alguna situación graciosa o indignante. 

La gastronomía es uno de los puntos que mayor exposición tuvo con el correr de los años, debido a que la redacción de reseñas en sitios web aumentaron considerablemente y causan múltiples reacciones entre los comensales. 

La brutal reseña que escribió una comensal.

Una impactante reseña causó el repudio generalizado entre los internautas por una polémica y despiadada crítica en el que cuestionaban a las mozas de un restaurante y la respuesta del restaurante fue considerada como lamentable. 

“Una sudamericana que se llama Lucía y las otras dos que había me han tratado fatal, una educación que entiendo que en su país no les enseñan”, sostuvo la autora de la reseña. 

Además, enfatizó que “van a terminar llevando el negocio a la ruina” y manifestó que “si fuese en la calle cuando le hablan así", serían capaz “de partirle la cara” a la persona con la que tuvo el inconveniente. 

La insólita respuesta del restaurante.

“Pedimos disculpas por lo ocurrido, no es lo habitual en nuestros restaurantes, ya que cuidamos mucho la atención a los clientes”, subrayaron los dueños del restaurante luego de leer la reseña.

Otro de los puntos que manifestaron los responsables del sitio gastronómico fue que “han informado al encargado para que no vuelva a suceder”, y desearon poder “recuperar la confianza” de la autora y que pueda volver a almorzar en el lugar. 

La repercusión en las redes sociales 

Los usuarios en la red social Twitter criticaron con dureza tanto al autor de la publicación, como así también a los dueños del restaurante y salieron a respaldar a las camareras.

“Típico caso de camarera mal pagada y con malas condiciones de trabajo y un cliente que está esperando la oportunidad para dar rienda suelta a su racismo”, manifestó uno de los internautas.

Algunos de los usuarios aseveraron que “ya se imaginan la clase de clientes que son” y los calificaron como “el tipo de clientes, que le importaría un rábano, perder” o que los responsables del restaurante “se ponen de rodillas ante el despotismo”. 

“La queja pierde todo su valor en cuanto valora la educación con la procedencia, esto es xenofobia. El establecimiento que quiere recuperar a ese tipo de cliente da a entender que deben estar desesperados o que todo vale”, sostuvo otro de los jóvenes.